Ser feliz en el trabajo es una meta que a menudo no se alcanza, convirtiéndose en un problema serio cuando la frustración impacta la vida personal. Este es un fenómeno global que refleja una situación común entre los empleados a nivel mundial.
Según un estudio reciente de la consultora internacional Gallup, uno de cada cuatro empleados españoles experimenta tristeza diaria en su lugar de trabajo, y solo uno de cada diez se siente comprometido con su puesto. Estos resultados colocan a España entre los países con peores indicadores en Europa. El análisis más reciente de Gallup revela que menos de la mitad de los trabajadores españoles consideran que su vida es próspera (41%), y uno de cada tres sufre de estrés diario debido al trabajo (36%). Además, uno de cada cuatro siente tristeza en su puesto (25%) y dos de cada diez manifiestan ira por esta situación (22%). En consonancia con esta evaluación, a nivel europeo, los empleados en España tienen una percepción negativa de su entorno laboral: el 68% considera que el país no es un buen lugar para buscar empleo.
Las conclusiones del estudio —que se basa en el análisis de aspectos relativos a los empleados como su compromiso con el trabajo y su intención de dejarlo, la evaluación de la vida, el clima laboral y el estrés, la ira, la tristeza y la soledad diaria—, evidencian una desafección laboral que sigue latente. En el caso español, en comparación con los resultados del año pasado, la mayoría de los parámetros se han mantenido en registros similares. Tan solo la ira, que ha crecido en dos puntos porcentuales, y el compromiso, que ha bajado en uno, han variado.
Los trabajadores internacionales que más se identifican con los sentimientos de los españoles son los suizos, quienes comparten el tercer puesto con el menor compromiso laboral en Europa (9%). Además, han experimentado una disminución de uno y dos puntos respectivamente en comparación con 2022. España y Suiza solo están por encima de Italia (8% de compromiso), Luxemburgo (8%) y Francia (7%). En contraste, Rumanía, Albania e Islandia lideran con un 36%, 27% y 26% de empleados comprometidos, respectivamente. El estudio también señala que los directivos son responsables del 70% de la variación en el compromiso de los empleados de sus equipos.
«Cuando las empresas aumentan el número de empleados comprometidos, mejoran los beneficios y el servicio al cliente», subraya el documento.
En Europa, solo el 13% de los trabajadores se consideran comprometidos con su trabajo, cifra que se mantiene igual que en 2022. A nivel global, el promedio es del 23%, con Estados Unidos y Canadá (33%), y Latinoamérica y el Caribe (32%) liderando el ranking, ambos con una mejora de dos puntos respecto a 2022.
Según Gallup, este bajo compromiso laboral cuesta a la economía mundial 8,9 billones de dólares, equivalente al 9% del PIB global. Jeff Clinton, director general de Gallup, destaca que «la salud mental de la humanidad está empeorando rápidamente en una época de progreso y prosperidad», y sugiere que la solución radica en «cambiar la forma de gestionar a las personas a nivel organizativo». Esta intervención en los entornos laborales «puede desempeñar un papel crucial en abordar la crisis mundial de salud mental», explica.