Los equipos directivos tienen un papel clave en la vida profesional y personal de los trabajadores, y a la vez, tienen en sus manos la oportunidad de crear una cultura de bienestar que contribuya a la mejora del ambiente en sus entornos de trabajo.
El interés sobre cómo crear una cultura del bienestar está en auge. Por este motivo, debemos empezar por el inicio: con el significado de cultura. La palabra tiene la misma raíz que la palabra cultivar. Extendiendo la metáfora de la agricultura, es importante preparar el terreno para plantar las semillas de un conjunto de sistemas complejos, alimentarlas con feedback constante de nuestras personas, hacerlas crecer, florecer y gozar de sus frutos.
La clave para entender el concepto es comprender que la salud es un recurso para la vida, no un objetivo en sí. No la debemos ver cómo un índice de bienestar (dentro un sistema sanitario), sino cómo una herramienta para llegar al bienestar. Es decir, tener buena salud es como tener un coche: la primera te permite poder gozar día a día de los tuyos y de todas las oportunidades que te ofrece la vida y, la segunda, te ayuda a trasladarte de un lugar a otro.
Una vez hayamos entendido que la salud y el bienestar son un recurso nos será más fácil comprender que nuestra misión, cuando queremos implementar una cultura del bienestar dentro de nuestra empresa, es educar, empoderar y acompañar a las personas en la conquista de estilos de vida que generen salud y bienestar en sus comunidades personales y profesionales. El bienestar ya no es solo un beneficio; más bien, el bienestar es una estrategia para garantizar que todas las personas puedan trabajar de manera óptima en su entorno. Por lo tanto, la empresa debe facilitar las herramientas necesarias para que así pueda realizarse.
Los estilos de vida se nutren del entorno social, de una visión del mundo que implica un conjunto de patrones de conducta, de valores y creencias, que nos ayudan a asumir un determinado rol en el aspecto social. En una cultura del bienestar, las influencias sociales pueden conducir a las personas a tener un comportamiento saludable o no en cada uno de los hábitos de salud: actividad física, alimentación, gestión emocional, hábitos tóxicos, descanso, salud general, educación sexual o educación financiera. Por ejemplo, la cultura estadounidense tiende a apoyar la comida rápida, baja en nutrientes y alta en calorías, siendo una consecuencia directa del grave problema de obesidad y enfermedades no transmisibles que tienen en el país y asumiendo altos costes médicos. ¿Qué impacto tiene tu cultura en el bienestar de tus emplead@s?
Las culturas son sistemas complejos
Para lograr un cambio cultural exitoso, se deben involucrar múltiples influencias. Implantar una cultura del bienestar requiere tiempo, esfuerzo, estar abierto al feedback constructivo de los empleados y construir una metodología de mejora continua año tras año. Cada uno de los programas de bienestar implementados es importante que esté alineado con todos los aspectos de la cultura de la empresa, que sea coherente y crezca año a año con el cambio cultural.
La cultura se compone de una constelación dinámica de influencias sociales:
1. Valores compartidos (prioridades): es importante establecer una conexión entre los beneficios del bienestar, los intereses y valores de la empresa. La cultura del bienestar impulsa a los empleados a tomar mejores decisiones consiguiendo los objetivos que se ha marcado la empresa.
2. Normativas (la forma en cómo hacemos las cosas en la empresa): son los bloques de construcción de la cultura. En una cultura del bienestar, el objetivo es cambiar o adaptar las normas consiguiendo que los trabajadores tengan comportamientos saludables (puede ser algo tan sencillo como decir “buenos días” a los compañeros), y a la vez, apoyar o desarrollar normas que apoyen prácticas saludables. En una cultura del bienestar, las normas pueden verse en el ambiente y en su entorno solo al entrar por la puerta de la empresa. Es bueno centrarse en una o dos normas nuevas cada año, pocas, pero bien implementadas y coherentes con los valores de la empresa, su propósito, su marca y su cultura.
3. Procedimientos culturales (las políticas formales e informales): configuran el comportamiento del día a día de la empresa. Una cultura del bienestar coge fuerza cuando las políticas están alineadas y ayudan a los empleados a seguir un comportamiento saludable. Gracias a esta influencia positiva se consigue un mayor compromiso, satisfacción y atracción del talento. A continuación, algunos ejemplos:
- Premios y reconocimientos: ¿Las acciones saludables se premian y reconocen?
- Retroceso: ¿Se desafía al comportamiento poco saludable?
- Modelos: ¿Los líderes tienen comportamientos saludables visibles para sus empleados?
- Selección: ¿Tenemos reputación de ser un buen lugar para trabajar y el nuevo talento sabe que en nuestra empresa podrá gozar del beneficio de tener programas de salud y bienestar?
- Onboarding: ¿Está integrado dentro del onboarding la explicación de todos los programas de salud y bienestar que ofrece la compañía? ¿Se les ayuda y apoya a integrarlos en su día a día?
- Aprendizaje y entrenamiento: ¿Están integrados dentro del programa formativo de los empleados programas de salud y bienestar para obtener mejores habilidades y mejorar su rendimiento personal?
- Información y comunicación: ¿Se disponen de las herramientas tecnológicas necesarias para llevar a cabo todas las acciones de salud y bienestar que ofrece la compañía a sus empleados?
- Tradiciones y símbolos: ¿Hay actividades o tradiciones relacionadas con el bienestar de las personas? ¿Hay alguna acción tradicional que deba ajustarse a la cultura del bienestar?
- Desarrollo de relaciones: ¿Se están formando amistades y equipos en torno a actividades saludables?
- Recursos: ¿Las personas tienen el tiempo, el espacio y el material necesario para adoptar estilos de vida saludables? ¿Es coherente el mensaje que damos actualmente?
4. Programas de salud y bienestar (apoyo en mejorar la salud y bienestar de las personas): facilitar entornos saludables (comedor, máquinas expendedoras, sala de descanso, espacios colaborativos e inspiracionales…), servicios y eventos formativos puntuales o continuos (workshops, PAE…), un portal de bienestar como canal de comunicación, etc. Los programas es importante que vayan destinados no solo al trabajador, sino también a mejorar el bienestar de sus familias, sus amigos y cultivar las relaciones entre los compañeros de trabajo.
5. Clima (cohesión social): una cultura del bienestar puede ayudar a construir un clima laboral positivo mediante la adopción de enfoques que se centren más en las fortalezas que en los riesgos, conecte con la misión de la organización y ofrezca a las personas oportunidades para ayudar a sus compañeros. Para mejorar el clima laboral, el crecimiento individual y el organizacional es muy importante tener en cuenta estos tres factores:
- Existe un sentimiento de comunidad cuando la gente se conoce, confían el uno con el otro y se genera un sentimiento de pertenencia.
- Existe una visión compartida cuando las personas están inspiradas en un propósito común, llevando a cabo una contribución dónde pueden expresar sus valores personales y corporativos.
- Existe una perspectiva positiva cuando la gente celebra logros y aborda los desafíos como oportunidades para mejorar.
Los equipos directivos más influyentes del mundo reconocen que influyen en el bienestar de los empleados todos los días, para bien o para mal, y tienen la misión de mejorar sus vidas, no solo su desempeño. Mejorar el bienestar de las personas tiene un impacto directo en el resto de los objetivos empresariales: aumento del compromiso, retención del talento, sentimiento de pertenencia y satisfacción, disminución del absentismo y un mejor clima laboral.
Facilitando el crecimiento personal de las personas que conforman la organización, un aspecto esencial para conseguir el rendimiento sostenido de nuestros equipos, mejoraremos la relación con los equipos, con los líderes y con la organización.
Las personas más comprometidas, felices y saludables generan empresas saludables y rentables.
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