Cuando hablamos de autoestima laboral nos referimos a la percepción que cada persona tiene de sí misma y en relación a su trabajo. Una forma de medirla es en base a lo que se hace y lo que se debe hacer; es decir, se trata más de la valoración que cada cual tiene de su capacidad ante el trabajo y no tanto en relación a sus conocimientos y capacidades.
Sin duda, una buena autoestima laboral redunda en beneficios para cualquier empresa ya que genera sentimientos de confianza y seguridad en sus empleados traduciéndose en una armoniosa relación entre los compañeros, con las tareas y con el entorno de trabajo.
De un adecuado nivel de autoconfianza surgen actitudes positivas y proactivas hacia los retos y decisiones en dicho ámbito. Por ejemplo, un empleado que posea esta característica, se percibirá a sí mismo como una persona competente dado que confía en sus posibilidades de éxito. Podrá realizar sus tareas de forma asertiva e incluso asumir nuevos retos.
Por el contrario, entornos laborales en los que no se fomenta la autoestima de sus empleados, sino que, por el contrario, se alimentan los riesgos psicosociales con cargas de trabajo excesivas, exigencias contradictorias y falta de claridad en las funciones del puesto, así como con una comunicación ineficaz; darán lugar a pensamientos negativos y limitantes del tipo “todo lo hago mal”, “no merece la pena preocuparse si igual me van a regañar” o “no sirvo para nada, es probable que me despidan”.
Todo ello conduce a una falta de entusiasmo o ambición, así como temor a equivocarse, desapego o actitud negativa u hostil hacia jefes y compañeros. Incluso puede llegar a impactar negativamente en la imagen personal de los empleados.
Por su parte, para la organización, dichos efectos negativos se traducen en una disminución marcada de la productividad global de la empresa, aumento del absentismo así como también del “presentismo” (cuando los trabajadores que acuden a trabajar están enfermos) o la presencia de un mayor número de accidentes y lesiones.
Por este motivo, fomentar la buena autoestima en los empleados es una tarea fundamental para todas las empresas que deseen aumentar sus niveles de productividad. Un entorno laboral seguro impacta positivamente en la autoestima de sus trabajadores y esto se traduce en mejores resultados, así como en un mayor compromiso de los empleados con la empresa y el proyecto de dicha empresa.
Pero por encima de la responsabilidad de las compañías en promover el desarrollo personal y las habilidades de los empleados, también es fundamental que cada uno de ellos trabaje su autoestima y confianza en el entorno laboral de forma individual. Para ayudarte, los expertos de TherapyChat han elaborado los siguientes consejos:
- Modifica tus pensamientos limitantes por otros positivos, por ejemplo: “si me lo propongo, lo consigo” en lugar de “nunca alcanzo mis metas”.
- Haz foco en tus éxitos: apunta todos tus logros pasados, prioriza aquellos momentos en los que conseguiste tus objetivos o tuviste éxito. Si sucedió una o más veces, ¿por qué no puede volver a pasar?
- Despídete de los pensamientos dicotómicos: intenta desechar razonamientos del tipo “si hago algo bien, soy genio y si hago algo mal soy un perdedor” no solo porque no reflejan la realidad sino porque, además, se trata de generalizaciones que suceden cuando vemos la vida en blanco y negro.
- Menos buscar la aprobación de los otros y más autoconfianza en las propias capacidades.
- Siempre intenta mejorar, ponte unas metas nuevas pero accesibles y no dejes de intentar hasta haberlas conseguido. No hay forma de mantener un trabajo sin una predisposición de flexibilidad y adaptación al exigente y cambiante mercado laboral.
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