La proximidad de las vacaciones, contar con más horas libres al día y una menor carga de trabajo son aspectos que suelen mejorar el estado de ánimo de los empleados durante el verano. Además, el hecho de que disfruten de más actividades de ocio y pasen más tiempo de calidad con las personas que quieren les ayuda a sentirse más relajados, motivados y felices.
De hecho y al contrario de lo que pueda parecer, las estaciones influyen en nuestro estado de ánimo y rendimiento más de lo que pensamos. De la misma manera que en invierno solemos sentirnos más nostálgicos y nos invade la pereza, con la llegada del verano mejora nuestra energía. Este cambio se debe a que la luz del sol estimula la producción de serotonina en nuestro cerebro, un neurotransmisor relacionado con la sensación de felicidad y satisfacción.
La buena noticia para las empresas es que generalmente esta satisfacción personal tiene un impacto directo en su desempeño y compromiso con la organización, llevando su creatividad al siguiente nivel y teniendo una mayor disposición a llevar adelante las tareas.
Sin embargo, lo cierto es que la llegada del verano también tiene algunas desventajas a tener en cuenta. Por ejemplo, un estudio realizado en la Universidad de Northwestern afirmó que las elevadas temperaturas pueden volver más agresivas y apáticas a algunas personas con su entorno, corroborando que causan efecto en su estado de ánimo y emociones. Asimismo, el calor también afecta a nuestro metabolismo, haciendo que tenga que trabajar más de lo normal para regular su temperatura. Como resultado, tardamos más en reaccionar y nuestra capacidad para resolver problemas y tomar decisiones se ve afectada.
Sumado este hecho a que los empleados cada vez están más pendientes de las vacaciones y las horas de ocio, el verano también puede convertirse en un hándicap que afecte a su productividad y, por ende, a sus resultados finales. Por ello, no es de extrañar que aunque los empleados se sientan más felices durante esta época del año, el ritmo de trabajo disminuya debido al aumento de la desconcentración.
Afortunadamente, es una situación que puede revertirse. La clave está en simplificar la ejecución de los proyectos y dejar las actividades burocráticas para más adelante, así como ajustar las expectativas y objetivos empresariales, adaptándolos a la fuerza de trabajo disponible.
Además, existen muchísimas herramientas y consejos que pueden llevarse a la práctica para paliar el descontento y bajo rendimiento durante esta etapa y mantener a la plantilla motivada y con energía durante la temporada estival. La plataforma de psicología online TherapyChat ha elaborado algunos de ellos:
- Modifica el ambiente de la oficina. El entorno de trabajo tiene una gran influencia no solo en el estado de ánimo de los empleados sino también en su rendimiento y nivel de satisfacción. Por tanto, una estrategia muy sencilla y efectiva para conseguir motivar a los empleados en verano consiste en cambiar el ambiente de la oficina para darle un aire más festivo y relajado. Puedes optar por una decoración de toques estivales, incluir un hilo musical festivo para los momentos de descanso o decantarte, por ejemplo, por la luz natural antes que la artificial. ¿Otra idea? En lugar de frutas y cafés para los descansos, apuesta por zumos y helados que van mucho más a tono con la temporada.
- Combina ocio y trabajo. ¿Quién dijo que trabajo y ocio deberían estar reñidos? Es posible trabajar en la oficina y pasarlo bien junto a los compañeros de equipo. De hecho, es un recurso excelente para fortalecer los lazos en la plantilla, mejorar el rendimiento y estimular la motivación entre los empleados. ¿Cómo conseguirlo? Puedes crear días temáticos, como los miércoles hawaianos o los lunes de senderismo, en los que los empleados tengan que ir vestidos de una manera particular y participen en alguna actividad especial. También puedes organizar actividades fuera del ámbito laboral y aprovechando el buen tiempo, como una excursión por la naturaleza o una tarde de juegos, para relajar las tensiones.
- No olvides el descanso. En el afán de aprovechar al máximo la jornada intensiva, a veces nos olvidamos de los necesarios descansos. Tomar unos minutos para descansar a lo largo de la jornada no solo ayuda a que los empleados repongan fuerzas sino que contribuye a relajar su mente y aumenta su motivación. Por tanto, planifica algunos momentos de desconexión durante el día para que los trabajadores puedan descansar un poco, cambiar de actividad y reforzar su relación con el resto de la plantilla. Si quieres añadir un extra de diversión, puedes aprovechar esos descansos para organizar juegos o competiciones en el equipo.
- Sé flexible. Ser flexible con los empleados y adaptar la jornada estival a sus necesidades es una de las mejores maneras de hacerles ver cuánto les valoras. También es un buen recurso para reforzar su compromiso y estimular su motivación. La idea es que se de cierta libertad para que puedan disfrutar del verano, aunque no tengan vacaciones, ya sea ofreciéndoles un viernes libre cuando la carga de trabajo así lo permita o permitiéndoles salir un día más temprano para que puedan disfrutar de un plan personal
- Valora el esfuerzo. No hay nada que motive más a los empleados y mejore su compromiso con la empresa que sentirse valorados. Es algo que se debería hacer durante todo el año, pero sobre todo en verano cuando el rendimiento y la motivación pueden caer en picado. En esta temporada, hacerles saber cuánto se valora su esfuerzo, reconocer sus logros y apoyarles en la consecución de las tareas es clave para mantener a los empleados animados y mejorar su nivel de satisfacción profesional.
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