La incorporación de las redes sociales como canales de conexión con los demás ofrece muchos beneficios como el fácil acceso a nuevos conocimientos y aprendizajes, la mejora en la comunicación interpersonal además de la posibilidad de encontrar oportunidades laborales. Sin embargo, es cierto que son numerosos los riesgos que conlleva para la salud el uso de estas plataformas. Por ello, el estudio ‘Brújula: Beneficios y riesgos del uso de Internet y las redes sociales’, impulsado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), nos revela que el 71% de los encuestados está bastante o muy preocupado por el posible impacto del uso inadecuado de las nuevas tecnologías.
Dado el compromiso con el bienestar y la salud mental de la sociedad, desde Deusto Salud se quiere contribuir no solo a concienciar sobre los problemas derivados del uso de las redes sociales, sino también a proponer solución. El Centro de Formación Continua a distancia, especializado en el ámbito de la salud y el bienestar, se compromete con la causa de la celebración y pone el foco en los posibles efectos adversos que puede suponer el uso de las redes sociales en la salud mental de los usuarios.
Percepción de posibles riesgos por mal uso de la tecnología y redes sociales
Deusto Salud destaca los datos del estudio mencionado anteriormente, donde se revelan algunos de los posibles problemas relacionados con el uso inadecuado de las tecnologías y redes sociales, como:
- Aparición de nuevos tipos de adicciones. Un 46% está seguro de que las nuevas tecnologías favorecen su aparición.
- Pérdida de capacidades mentales. Casi el 57% de las personas opina que un uso inadecuado de las nuevas tecnologías afectará, probablemente o con total seguridad, a las capacidades mentales de la población.
- Ansiedad o estrés. El 71% de las personas mayores de 15 años que usan Internet en España creen muy probable o seguro que un uso inadecuado puede generar este tipo de patologías.
En este sentido, el estudio de ONTSI también destaca otros riesgos que pueden surgir, como la pérdida de habilidades sociales, para un 66%, empeoramiento de la calidad del sueño, para un 42,7%, o la pérdida de noción del tiempo, para un 40,5%. Por otra parte, un 47,5% señala la posibilidad de sufrir ciberacoso. Si unimos a este porcentaje el 32% que cree que es probable que se amplifique este riesgo por el mal uso de las redes sociales, podemos concluir que para casi ocho de cada diez personas existe riesgo de vivir acoso cibernético. Además, el 35% cree que el uso inadecuado de las redes seguramente genere sensación de presión social.
Adicionalmente, Deusto Salud destaca la aparición de conceptos nuevos como FOMO (ansiedad por estar desconectado), grooming (acoso de adultos hacia menores de edad por medio de las redes sociales), exposición constante a fake news, así como autoestima desajustada, alteración de nuestro autoconcepto y la percepción ficticia de la realidad, entre otros efectos negativos que puede causar un mal uso de las redes sociales.
Consejos para un buen uso de las redes sociales
Con motivo de fomentar un uso adecuado de las redes sociales, desde Deusto Salud comparten unos tips para prevenir los riesgos en la salud que, potencialmente, conlleva la presencia en dichas plataformas digitales:
- Preguntarte. ¿Para qué quieres entrar en esta red social? Define tus objetivos.
- Respeta al resto de personas. Unas malas palabras o insultos, pueden doler más tras una pantalla que en persona.
- No te compares con nadie. Jamás serás esa otra persona, solo puedes ser una mejor o peor versión de ti misma. Compárate siempre contigo, nunca con el resto.
- Si encuentras un contenido que te genere inseguridad o desagrado, evítalo o bien utiliza los canales de denuncia para avisar de contenido inapropiado.
- Preguntarte. ¿Has conseguido lo que buscabas? ¿Cómo te sientes después de ver estos contenidos? ¿Cómo le puedes sacar mejor partido para ti?
Por último, Deusto Salud destaca la importancia de la prevención (alfabetización de medios) a la hora de dotar a los usuarios de habilidades de comunicación y herramientas para resistir a la presión social y, además, fomentar el pensamiento crítico, la empatía, conciencia en la toma de decisiones y, por otro lado, hacer psicoeducación sobre los sesgos cognitivos, con el fin de evitar la distorsión de la información que recibimos.
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