No sentirse bien en el trabajo, o valorado, los conflictos laborales o un ambiente laboral tóxico son solo algunos de los factores que impactan en nuestra salud mental y laboral, y que pueden generarnos síntomas y cuadros como el estrés, la ansiedad o incluso, la depresión.
Sin embargo, por suerte hay una parte que depende de nosotros, y que tiene que ver con todo aquello que sí podemos controlar o modificar en nuestro entorno laboral (y fuera de él).
¿Qué errores cometemos en el trabajo, muchas veces inconscientes, que afectan a nuestra salud mental?
Hablamos de los más comunes y de cómo solventarlos. ¡Toma nota!
1. No desconectar
Es importante desconectar una vez apagamos el ordenador, o nuestra herramienta de trabajo, y salimos de la oficina, de la tienda, del almacén o del lugar de trabajo. Desconectar significa apagar todas las voces interiores que nos recuerdan tareas del trabajo, problemas, cosas que han pasado durante el día, etc., y activar el “chip” de vida personal.
Puede ayudarnos tener la norma de no hablar de trabajo en casa, tener solo un teléfono para el trabajo y apagarlo, salir del trabajo e ir a hacer algo que nos gusta, tomarnos un baño relajante, quedar con alguien o descansar.
Si no desconectamos nunca, y nos llevamos los problemas a casa, corremos el riesgo de acumular cansancio físico y mental y de desarrollar estrés y/o ansiedad, así como el síndrome de burnout.
2. No fomentar un buen clima laboral
El clima laboral engloba el medio ambiente físico y humano en el que nos desarrollamos en el trabajo. Es, en otras palabras, “el ambiente que se respira en la empresa”, e incluye la forma que tenemos de relacionarnos con los demás, la comunicación con compañeros y superiores y nuestra satisfacción en la empresa, pero también la distribución de las mesas y los espacios, por ejemplo (espacio físico).
Si el clima laboral es hostil o tóxico, nuestra salud mental puede verse perjudicada, sobre todo a largo plazo. ¿Quién quiere ir a trabajar sabiendo que no hay “buen rollo” en la empresa? Esto es algo que desgasta mucho emocionalmente.
Por ello, no fomentar un buen clima laboral es un error que comentemos en el trabajo y que afecta a nuestra salud mental. ¿Cómo luchar contra ello?
Cultivando, precisamente, este buen clima laboral, a través de: una comunicación abierta, asertiva y respetuosa con nuestros compañeros, fomentar la confianza con ellos, evitar las quejas innecesarias, aprovechar los 10 minutos del café para crear espacios de desconexión con nuestros compañeros, etc.
3. Estar operativo 24/7
A no ser que estemos de guardia, estar disponibles para nuestros jefes las 24 horas al día, los 7 días de la semana, porque “queremos llegar a todo”, o porque nos cuesta delegar o desconectar, tampoco es una buena práctica para nuestra salud mental.
Tienes derecho a desconectar, y sobre todo, la necesidad de descansar, ¡eres humano!
4. Teletrabajar sin horarios
En el caso de que teletrabajes, es importante que te planifiques bien. No ponerte horarios o simplemente “ir haciendo” puede perjudicar tu salud mental. ¿Por qué? Porque de hacerlo así, te costará más desconectar y te planificarás peor, ya que no tendrás horas preestablecidas para cada tarea.
5. No planificar
No planificarte las tareas y las horas que dedicarás a cada una de ellas también es un error frecuente que cometemos a la hora de trabajar. No hace falta obsesionarse con ello, pero sí es importante organizarse.
Escribir lo que tienes que hacer cada día en tu agenda, o en un papel, puede ayudarte a visualizar qué te queda por delante y cómo puedes distribuir tu tiempo; ¡ah!, y también va bien tachar la tarea una vez realizada, para sentir que avanzas. Los riesgos de no planificarte incluyen: no llegar a tiempo a todas las tareas, hacer las tareas “rápido y corriendo”, no descansar, optimizar menos el tiempo, agobiarnos, etc.
6. Procrastinar
Procrastinar es otro de los errores frecuentes que cometemos en el trabajo y que merman nuestra salud mental. Esta práctica tiene que ver con el hecho de posponer las tareas pendientes, y de dejarlas “para otro momento”, a la vez que nos distraemos con otras cosas.
Procrastinar reduce nuestro rendimiento laboral, e incluso, nuestra motivación, ya que nos sumerge en un estado de apatía y pereza que dificulta la vuelta al trabajo. Algunos trucos que van bien para dejar de procrastinar (o para hacerlo un poco menos) son:
- “La regla de los dos minutos”: si lo que tienes que hacer, puedes acabarlo, no lo pienses más y ¡hazlo!
- Dividir las tareas en tareas más pequeñas; así será más fácil que te pongas con ello
- No te culpabilices por procrastinar; es normal estar algunos minutos al día, descansando, o simplemente sin hacer nada. Tolera ese mínimo de procrastinación.
7. Adquirir demasiados compromisos
A veces nos gusta tanto nuestro trabajo, que nos comprometemos en mil tareas nuevas y proyectos… otras veces lo hacemos porque nos cuesta decir que no (falta de asertividad). Sea cual sea el caso, el resultado es el mismo: una multitud de tareas “extra” que a veces ni siquiera tenemos tiempo de hacer.
Esto nos perjudica porque hace que nos agobiemos y que dejemos de disfrutar del trabajo. Por ello, opta por decir “sí” solo a aquello que realmente puedes asumir (aquello por lo que sí tienes tiempo), y a aquello que realmente te motiva.
8. No delegar
No delegar también es otro error que cometemos en el trabajo y que afecta a nuestra salud mental. No delegamos porque nos cuesta confiar en los compañeros, porque somos muy perfeccionistas o porque queremos tener el control de todo.
Y esto, acaba dañando nuestro trabajo y nuestro rendimiento (además de las relaciones con los demás). Sin hablar de la gran carga de trabajo que asumimos (lo cual genera estrés), y que muchas veces no tendríamos ni por qué asumir.
Por ello, aunque está claro que no todo puedes delegarlo, te animamos a optar por empezar a delegar pequeñas tareas en las personas en las que más confíes; suelta el control, y recupera poco a poco la confianza en los demás. Los demás también pueden hacerlo igual de bien (o incluso mejor) que tú, y no pasa nada. Recuerda que todos somos buenos en algo.
9. Mantener malas posturas
Finalmente, las malas posturas en el trabajo, que muchas veces mantenemos de forma inconsciente, afectan a nuestra salud física pero también mental. Porque este mal hábito puede generarnos dolores musculares diversos y cansancio, lo cual repercute en nuestra salud mental.
Por ello, revisa cómo te sientas, a qué altura tienes el ordenador, etc., y qué posturas mantienes a lo largo del día. Aquí el profesional de riesgos laborales puede ayudarnos a determinar qué posturas son las más correctas y ergonómicas.
“Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa”.
-Khalil Gibran-
Bibliografía:
● Peiró, José María (2009): Estrés laboral y riesgos psicosociales. Investigaciones recientes para su análisis y prevención, Universidad de Valencia.
● Vázquez Beléndez, Marina. (2002): Psicología del Trabajo y de las Organizaciones – Aproximación Histórica. Universidad de Alicante.
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