No cabe duda de que el concepto de “bienestar financiero” cada vez va tomando más relevancia en nuestra sociedad y en nuestro día a día. Hoy por hoy es habitual escucharlo en conversaciones tanto de carácter personal como profesional, de hecho, el número de empleados que comparten su preocupación por mejorar su salud financiera no deja de aumentar. Por su parte, las compañías están observando como crecen las expectativas de sus plantillas, y cada vez son más las que comienzan a promover programas de bienestar integral y a elevarlos a la categoría de valor cultural de la empresa, dejando de ser una apuesta solitaria del departamento de RRHH. Indudablemente desde las organizaciones estamos cada vez más familiarizados con el concepto de “bienestar” en general y “financiero” en particular, pero ¿somos realmente conscientes de su significado y, especialmente, de sus consecuencias?
De acuerdo con el Consumer Financial Protection Bureau (CFPB), el bienestar financiero se define como “el estado en el cual una persona puede satisfacer plenamente sus obligaciones financieras en curso, sentirse segura de su futuro y tomar decisiones que le permitan disfrutar la vida”. Desde Hastee compartimos esa visión y, de hecho, nuestra misión es precisamente mejorar la calidad de vida de las personas mediante una mayor cultura financiera, pero los efectos de una correcta gestión del dinero transcienden mucho más allá del saneamiento de las cuentas corrientes y de la tranquilidad que esto nos puede generar.
“Conocer las necesidades financieras de los empleados es clave para lograr una plantilla feliz”
En Hastee realizamos anualmente un estudio con el fin de analizar la situación en la que se encuentran empresas y empleados en términos de salud financiera, y este 2021 se presentaba como un año especialmente delicado tras el impacto tanto económico como psicológico que está generando el COVID-19. En términos generales, los datos más destacados fueron los siguientes:
La pandemia está dejando importantes secuelas en las finanzas de los trabajadores españoles y esto, a su vez, está afectándoles en diversos campos de su vida personal. Aunque podríamos reflexionar sobre muchas de ellas, hay una en concreto en la que consideramos fundamental hacer hincapié: las consecuencias físicas y psicológicas que provoca el estrés financiero.
“Nunca ha habido una oportunidad tan grande como ésta para redefinir la forma en que las empresas apoyan la salud financiera de sus trabajadores”
Según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la salud mental es una de las grandes afectadas cuando se experimenta una situación financiera poco favorable, y afirman que, a día de hoy, la economía personal es la segunda fuente principal de estrés que afecta a los españoles. Advierten además que, si el estrés financiero no se controla, puede contribuir a la aparición de problemáticas de salud tales como el aumento de la presión arterial, depresión u obesidad.
A través de nuestro estudio pudimos desgranar un poco más cuales son las principales áreas que los empleados españoles ven afectadas por el estrés que les genera sus finanzas personales, y estas fueron las más señaladas:
Casi un 60% de los encuestados afirmó haber sufrido algún tipo de alteración física y/o emocional debido al estrés financiero provocado por la dificultad de hacer frente a sus pagos, una cifra alarmante teniendo en cuenta que hablamos de parámetros que van desde la falta de sueño o concentración hasta problemas de salud mental y aparición de enfermedades generadas por la preocupación.
La realidad es que esta situación afecta a nivel global. Según un estudio llevado a cabo por la OMS, el 93% de los países han sentido como la pandemia pausaba o afectaba a sus servicios de salud mental, viéndose especialmente afectadas aquellas personas que viven situaciones socioeconómicas más desfavorables.
“Invertir en la salud mental y física de nuestros trabajadores no puede ser una opción, es una obligación moral y el mejor motor para que una empresa pueda crecer de manera sostenible “
Pese a las graves consecuencias que el estrés puede llegar a ocasionar sobre la salud, la buena noticia es que, siguiendo una serie de pautas y comportamientos, y con el amparo de las empresas, es posible disminuir su impacto negativo en el bienestar de los empleados e, incluso, llegar a evitarlo por completo.
Por eso, desde Hastee, además de ofrecer acceso a liquidez para afrontar los gastos de una manera más eficiente, también tratamos de educar al empleado para que realmente sea capaz de tener un mayor control sobre su propia economía y evitarse situaciones de estrés que puedan desencadenar futuros problemas. Según nuestro estudio, las situaciones más recurrentes que afrontan los españoles para conllevar los gastos mensuales son las siguientes:
Soluciones que fomentan la salud financiera como la flexibilidad en el acceso a liquidez contribuyen a reducir la necesidad de recurrir a otras alternativas que implican intereses elevados y evitan situaciones de impago que a la larga generarán un mayor endeudamiento y, por ende, estrés financiero.
Además, incorporar un plan de bienestar financiero se ha convertido en un gran incentivo para las plantillas. De hecho, según nuestro estudio, más de la mitad de los empleados serían más propensos a trabajar en empresas con opciones de pago flexible entre sus beneficios, dato que asciende hasta el 70% en aquellos que se encuentran entre los 18 y 44 años.
Los datos son claros y tienen que ayudarnos a hacernos cambiar, a mejorar, para poder adelantarnos a los posibles problemas financieros, sean de la índole que sean, y ayudar a los empleados a evitarlos.
“Tenemos que tratar a los empleados como seres únicos, consultar y escuchar sus necesidades para poder ofrecerles las mejores soluciones”
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