Cada vez más empresas solicitan a sus empleados el acudir presencialmente a los centros de trabajo, y se vislumbra un inicio de 2022 con un regreso masivo a las oficinas. Hoy se enfrentan las posiciones de los que ven al trabajo remoto como el punto más alto de la libertad laboral, y a los que ven el regreso como un tema de salud mental. De acuerdo con Factorial, la plataforma de gestión de recursos humanos, la respuesta está en los trabajadores de cada organización.
El teletrabajo ofrece beneficios claros para los trabajadores, como son la flexibilidad de horarios, reducción de gastos, mayor productividad y la promesa de una mejor combinación de la vida personal y laboral, sin embargo, los últimos meses han reflejado también incertidumbre, ansiedad, distracción, cansancio y estrés por parte del trabajador.
«Hay un gran avance en la voluntad para el trabajo remoto, pero lo que hemos vivido en estos casi dos años ha sido trabajo en aislamiento, y en lugar de reducir nuestro estrés, lo hemos incrementado, hoy hemos pasado de tener un 76% de trabajadores con estrés puntual a un 70% que lo sufre de manera habitual», comenta Bernat Farrero, fundador y CRO de Factorial.
De acuerdo con Farrero, las compañías necesitan centrarse en el nivel de bienestar de sus empleados, y antes de proponer herramientas de teletrabajo, presenciales o modelos híbridos, planear y actuar voluntariamente para construir un modelo de trabajo que alinee los intereses del negocio con las inquietudes y realidades de sus colaboradores. Con el fin de abordar el regreso a las oficinas, recomienda:
- Empatía: cada persona ha vivido durante meses, muy distintas situaciones, algunos con todas las herramientas a su alcance, otros con serias limitaciones para poder hacer su trabajo. Es muy importante estar consciente de que muchos colaboradores vivieron o viven altos niveles de incertidumbre, algunos han sufrido de enfermedad e incluso pérdidas de familiares o amigos.
- Revisar los objetivos, posiciones clave y procesos de la empresa: qué funciona actualmente y qué no, qué trabajo debe hacerse, cómo va a alcanzar sus objetivos. Independiente de la modalidad de trabajo primero debe establecerse qué debe hacerse, quién debe hacerlo, y cómo se hace.
- Dar propósitos claros a las personas: cada tarea encomendada debe estar precedida por el conocimiento de los objetivos de un proyecto y de la empresa misma, un empleado debe conocer de qué manera está contribuyendo su trabajo, esto impacta en su satisfacción y construye un sentido de pertenencia.
- Escuchar y tomar en cuenta la opinión de los empleados de forma individual: dependiendo del tamaño de la empresa, se pueden establecer mecanismos para obtener la opinión de los empleados, ya sea de forma abierta o anónima, desde entrevistas uno a uno con sus líderes, hasta encuestas digitales. «Un empleado que se siente escuchado es más abierto al cambio y a apoyar las decisiones de la empresa, porque forma parte de ellas», comenta Farrero.
- Capacitación: si algo aprendimos en el trabajo remoto forzado, es que las herramientas tecnológicas, sin la capacitación correcta, son una fuente de estrés, complican procesos o incluso pueden usarse de forma incorrecta y no aprovechar todos sus beneficios. Capacitar a los empleados en las herramientas será fundamental para poder tener equipos trabajando en sintonía.
De acuerdo con Factorial, el mayor reto para las empresas es encontrar la modalidad que responde mejor a su plan de negocios y ofrecer herramientas que promuevan el bienestar de sus empleados. Para los gestores de recursos humanos, es crucial tener un plan independiente de la modalidad de trabajo y contar con herramientas que agilicen y simplifiquen la gestión del capital humano, para poder enfocarse en el desarrollo del equipo, identificar y reclutar el talento necesario y contar con el onboarding y capacitación adecuada.
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