En el ámbito laboral, en particular, la capacidad para la multitarea goza de un enorme prestigio en un entorno orientado a producir cuanto más mejor, a competir cuanto más mejor, a tomar decisiones y resolver problemas cuanto más rápido y más a la vez mejor, siempre con muchos asuntos acumulados encima de la mesa. Sin embargo, deja de lado los beneficios de una manera de funcionar más serial y tampoco tiene en cuenta las desventajas que, en un cierto punto, puede presentar un abuso de la multitarea. Desde ifeel, la plataforma holística de apoyo psicológico para individuos y empresas con 300.000 usuarios en España, desglosan el mito y ofrecen alternativas.
Desventajas de la multitarea
- Malestar emocional. Al manejar de manera simultánea más estímulos que compiten entre sí (porque pertenecen a tareas diferentes) aumenta la “sobrecarga del sistema”, es decir, el estrés. A nivel psicológico esto puede manifestarse en forma de ansiedad, irritabilidad, sensación de mucha exigencia externa o abuso, culpa o “agobio” por no llegar a todo a pesar de dividirme, Malestar con uno mismo por no saber organizarnos de una manera más eficiente…
- Aumento de probabilidades de error. Los defensores de la tesis de que poder atender a muchos asuntos a la vez es bueno por sí mismo tienden a olvidar la desventaja más traicionera de la multitarea: aumenta la probabilidad de error. Si nuestra atención no es infinita y además la dividimos más de lo que da de sí, es más probable que digamos en un chat la frase que va para nuestro jefe y que se nos olvide darle a enviar al email que llevamos toda la mañana preparando.
- Lentitud en el cambio. La ventaja número uno de la multitarea es muy simple: vamos avanzando en varias cosas a la vez en lugar de tener varias de ellas paralizadas hasta que acabemos una. Pero eso no es gratis: con la multitarea aumenta la lentitud para acabar cada una de las tareas que tenemos empezada, mientras que si nos dedicamos a una sola cosa la acabaremos antes. ¿Bueno o malo? Depende de las necesidades de la tarea.
- Saturación. ¿La sensación de saturación te lleva a poca capacidad para concentrarte, recordar, mantener tu atención en un único estímulo durante un rato? Quizá necesitas examinar cómo es tu dinámica de trabajo y ver si se caracteriza por una multitarea muy intensa y esa sea la causa real que hay tras esa sensación de no poder aceptar ni una tarea más.
- Falta de valor. Si no son tareas muy sesudas, profundas o elaboradas, atenderlas todas a la vez es un buen método. Sin embargo, si son importantes, requieren pensar, profundizar, ir más allá, no es buena idea no dedicar a cada una toda nuestra atención para aportar nuestra visión y experiencia como profesionales que es lo que también da valor a nuestro trabajo. La multitarea implica menor capacidad para profundizar en cada tarea.
- Plantéate tu compromiso. Encargarte de varias cosas a la vez sin que sea necesario hacerlo así indica una cierta falta de compromiso con cada una de las tareas. Prueba a mirarlo desde este punto de vista, sobre todo con aquellos asuntos que sean más importantes, y dedícate a ellos con verdadera implicación: lo secundario puede esperar.
En definitiva, debemos saber que no es un método perfecto y que no siempre significa que producimos más o mejor. Esto es de especial relevancia a la hora de evaluar el funcionamiento de un equipo de trabajo o de un empleado en particular.
Tres mitos sobre la multitarea
1. Es algo propio de las mujeres
Los estereotipos sobre las características y ventajas de la multitarea -es decir, de hacer varias o muchas cosas al mismo tiempo-, están muy integrados en el imaginario colectivo. Uno de los más destacados es que la multitarea es buena por sí misma: cuantas más cosas sepamos hacer a la vez, siempre mejor. Otro sería que la multitarea es algo “característico” de las mujeres.
En realidad, ni la multitarea es buena por sí misma ni es algo propio del cerebro de las mujeres. A no ser que tengamos algún problema grave de salud que nos lo impida, todos los seres humanos somos capaces de hacer varias cosas a la vez. Eso se debe a nuestra capacidad para procesar información tanto de manera serial (un elemento detrás de otro) como en paralelo (varios elementos a la vez).
Otra gran cualidad de nuestro cerebro que influye en nuestras habilidades para la multitarea es nuestra memoria operativa (workingmemory), la que nos permite mantener activados en nuestra conciencia, en un momento dado, todos los elementos necesarios para resolver un determinado asunto.
La cuestión está en que unas personas tienen mayor capacidad que otras para el procesamiento distribuido en paralelo y una memoria operativa más potente. Bien por sus capacidades innatas o porque las ha tenido que entrenar en su día a día.
2. No es un rasgo de mayor inteligencia
Una alta capacidad para la multitarea, es decir, para procesar información en paralelo, es fantástico, pero no te convierte de por sí en alguien más inteligente, más válido profesionalmente, más capaz… Estas cosas son relativas y es importante tener flexibilidad para funcionar a diferentes velocidades y por diferentes carriles.
3. Es así y no se puede cambiar
Como casi todo en esta vida,una de las claves está en el entrenamiento. Deja de pensar que así son las cosas y entrena tu capacidad para el funcionamiento serial. ¿Qué tal si, tanto en el trabajo como en el resto de facetas de tu vida lo complementas con un estilo más mindfull(una cosa cada vez, poniendo tu atención solo en eso)? No te compliques: pruébalo hoy mismo cuando trabajes pero también el resto del tiempo cuando leas, veas la televisión, cocines, tomes algo con una amiga…
Toda tu vida está llena de situaciones en que puedes entrenar esta habilidad para que sirva de buen complemento a la multitarea.
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