Restricciones, miedo, incertidumbre, muerte, contagio, soledad y dolor. Esas son solo algunas de las palabras más escuchadas en los casi dos años de convivencia con el coronavirus. La situación provocada por la pandemia ha hecho mella en la mayoría de los ciudadanos y ha aumentado el padecimiento de una fobia no muy común hasta el momento, la ergofobia o fobia al trabajo.
Ahora que muchas empresas empiezan a recuperar la actividad normal y se ha normalizado la vuelta a la oficina, se debe lidiar con situaciones como la fobia al trabajo. Las empresas no deben ser ajenas a este nuevo escenario y es su deber poner al alcance de los empleados las medidas de protección necesarias para garantizar su seguridad.
Uno de los principales retos será normalizar los sentimientos de miedo que puedan sentir algunos trabajadores. La información en este caso es fundamental. O bien a través de charlas o bien ofreciendo información sobre las medidas higiénicas que la compañía toma para evitar los contagios o la desinfección previa a la entrada de los trabajadores a la oficina. También se puede comunicar a los profesionales cada cuanto se desinfectan los objetos y las mesas de trabajo.
Otra de las medidas que puede resultar menos estresante para las personas que padecen esta fobia es la de organizar turnos laborales escalonando las entradas y la jornada laboral. Con esta solución se podría evitar la congregación de muchos empleados en una misma hora y en un mismo espacio. Además se conseguirá que los profesionales puedan mantener una correcta distancia de seguridad.
Si es necesario y la empresa puede aportar esa opción a los trabajadores sería conveniente fomentar el teletrabajo. De esta manera podría ser un ahorro tanto para el empleado como para el empresario y en caso de celebrarse reuniones podrían llevarse a cabo a través de conferencias.
Es deber de la empresa poner al alcance de todos sus trabajadores los productos de higiene necesarios para la correcta desinfección tanto propia, como del puesto de trabajo.
También deberá ofrecer mascarillas o guantes si fuera necesario.
Aunque evitar el riesgo total de contagio no es posible, es fundamental que las empresas lo minimicen al máximo.
Más información: Club del Emprendimiento
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