Muchos expertos coinciden en que 2021 es un año de cambios. A pesar de las dificultades laborales que ha generado la pandemia, también ha generado que mucha gente se plantee un cambio de rumbo y comience por su propio trabajo. Las dificultades de conciliar, la falta de flexibilidad o problemas de comunicación son algunos de los principales motivos. Desde Alares, empresa experta en el cuidado de personas, dan una serie de claves para fidelizar el talento, más allá de retenerlo.
Servicios emocionales personalizados
En primer lugar, es necesario la creación de una serie de servicios emocionales que faciliten la vida de las plantillas. Esto quiere decir que los empleados valorarán más el sentimiento de pertenencia a la empresa gracias a que se sentirán bien cuidados y que son el centro de la compañía. Más de un tercio de las personas que cambian de empresa no lo hacen para mejorar su percepción salarial, sino para tener un mejor ambiente laboral. El poder conseguirlo depende de nuestra implicación como empresa en lo que denominamos salario emocional. El salario emocional son todas aquellas retribuciones no económicas que permiten incentivar el buen ambiente laboral, incrementar la productividad, y satisfacer las necesidades personales, familiares o profesionales de los trabajadores y trabajadoras, mejorando su calidad de vida.
Flexibilidad
El teletrabajo, la flexibilidad de horarios y la certeza de poder trabajar en un sistema híbrido de teletrabajo y trabajo presencial son factores más apreciados por las personas que ven cómo su equilibrio personal y profesional es posible.
Formación
Otro factor que retiene el talento es la formación. Según Sandra Polo, responsable de Employee Experience para clientes de Alares, “pocas cosas fidelizan más que la sensación de estar incorporando conocimientos y habilidades gracias a nuestro entorno profesional. Como profesionales, necesitamos seguir aprendiendo de forma permanente para ampliar nuestros conocimientos y mejorar nuestras habilidades tanto personales como profesionales. Esta evolución y desarrollo nos aporta felicidad, nos hace más productivos y nos ayuda a proyectar nuestro horizonte laboral. De esta forma, se consigue fidelizar, cuidar y apostar por el talento. A la misma vez se generan vínculos basados en el compromiso”.
Sin duda, todo lo anterior toma aún más fuerza cuando existe el reconocimiento y la posibilidad de crecimiento dentro de la propia empresa. Las plantillas valoran saber que su trabajo, esfuerzo, dedicación e implicación es reconocida. Para ello, es importante fomentar el trabajo en equipo y el desarrollo de una cultura de empresa creativa, abierta a nuevas ideas, con estructura flexible y líquida, que apoye el liderazgo horizontal, que comunique de forma abierta y transparente y cree un entorno en el que nuestro talento pueda sacar todo su potencial.
Estas pautas, más allá de programas o actividades que tienen efecto a corto plazo, crean una cultura de empresa que genera un sentimiento de pertenencia; ingrediente principal en nuestra tarea de fidelizar nuestro propio talento.
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