Impulsados por las crisis económica y climática, conceptos como “responsabilidad social corporativa” o “empresa socialmente responsable” se han hecho cada vez más habituales en el mundo empresarial. “La nueva empresa quiere conocerse a través del impacto que su actividad tiene y, por lo tanto, su foco ha de estar puesto en las personas y en el medio en el que habita, no solo en su beneficio”, afirma Luis Areces, terapeuta Gestalt especializado en desarrollo personal y organizacional y miembro de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).
Esta vocación de autoconocimiento, afirma Areces, abre camino en el mundo empresarial al enfoque gestáltico, que en su opinión cala con facilidad en aquellas empresas que ya han dado un cambio hacia un modelo socialmente responsable: “El resto aún no están preparadas, son depredadoras, solo buscan el beneficio inmediato a cualquier precio, como estamos viendo con la devastación del medio ambiente. Como gestálticos nos queda un trabajo arduo de sensibilización social y de cierto activismo político para invitar a la toma de conciencia apelando a la responsabilidad, al que no todo vale para conseguir beneficios”.
El experto, que considera que la empresa del futuro “ha de ser más humana o no lo será”, considera que la Terapia Gestalt aporta autoconocimiento y humanismo al mundo empresarial. “El autoconocimiento aporta a la empresa información de cómo ha llegado a dónde está, le facilita entender la narrativa de los procesos internos y de las relaciones con los grupos de interés y le permite encontrar enfoques para las acciones dirigidas al logro de metas económicas y de incrementos de cuotas de mercado respetando siempre el bienestar de la persona, que es algo esencial de la aportación del enfoque gestáltico. El autoconocimiento transforma”, argumenta.
Beneficios de aplicar los principios gestálticos en la empresa
Como explica Luis Areces, la Terapia Gestalt, desarrollada en los años 40 del pasado siglo por el psiquiatra y psicoanalista Fritz Perls, “es una filosofía de vida imprescindible para el conocimiento de cualquier organismo y la empresa es un organismo vivo”. La Terapia Gestalt se basa en tres principios básicos (el aquí y ahora, la toma de conciencia y la responsabilidad) que, en opinión del experto en desarrollo personal y organizacional, “son tres mandatos morales que refieren una manera de estar ante la vida y que pueden aplicarse a la empresa”.
“El aquí y el ahora apela al presente más riguroso y el mundo de la empresa exige una atención temporal al ahora y espacial al aquí para sobrevivir en un entorno tan competitivo y cambiante, ya que postergar o eludir la experiencia del presente tiene un altísimo coste que la empresa no se puede permitir. De la gestión del aquí y el ahora dependen los objetivos empresariales, las estrategias, el lanzamiento de nuevos productos o, por ejemplo, la adaptación a un momento como el actual”, reflexiona el miembro de la AETG.
Aceptar la experiencia en el presente, precisamente, entronca con el segundo principio de la Gestalt, la toma de conciencia, que según Areces “invita al análisis profundo”. Por último estaría la idea de responsabilidad: “la empresa no solo asume sus actos, sino también sus consecuencias”.
La aplicación de estos principios y del enfoque gestáltico en el ámbito empresarial, explica Luis Areces, ayuda a que la empresa “adquiera un nuevo sentido y pase a ser un instrumento al servicio de las personas, lo que tiene una potencialidad enorme”. En ese sentido, y en un momento en el que cada vez se utilizan más conceptos como “capital humano” y en el que las personas comienzan a ser el centro de las empresas socialmente responsables, el experto explica que la Terapia Gestalt “mejora la comunicación y el clima laboral, lo que ayuda al crecimiento de la empresa y de sus colaboradores y, por ende, a crear una sociedad mejor”.
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