Con la explosión del trabajo en remoto durante la pandemia y el modelo híbrido teletrabajo-oficina que se está configurando, se ha acentuado la necesidad de implantar iniciativas para garantizar el derecho a la desconexión digital de los empleados fuera de su horario laboral.
En el nuevo escenario, se desdibujan los límites entre la vida personal y la profesional, que incluso se desarrollan en buena parte en el mismo espacio. Esta situación, con el peligro de conexión permanente que conlleva, está contribuyendo a aumentar el estrés y la sobrecarga de trabajo en los empleados y, como consecuencia, a disminuir su compromiso con la organización.
Desde el primer momento de la crisis, las mejores organizaciones han intensificado la puesta en marcha de buenas prácticas para garantizar la desconexión digital, que ya habían comenzado a implantar con anterioridad. Según los datos de la Top Employers HR Best Practice Survey, un 56% de las 103 compañías Top Employers en España ya cuenta con iniciativas para evitar el envío de mails o la realización de llamadas fuera del horario de trabajo, lo que supone un 23% de aumento respecto al año pasado. Además, un 41% de estas organizaciones aplica políticas de no molestar durante las vacaciones, un incremento del 16% sobre el 2021. Estas empresas cuentan con otro tipo de acciones para garantizar la desconexión como por ejemplo acotar los horarios de las reuniones y su duración máxima.
Estas medidas toman forma de acuerdos de la empresa con los empleados, campañas de sensibilización, protocolos de desconexión, consejos ofrecidos con formatos innovadores de comunicación o plataformas informáticas que ofrecen información a cada empleado sobre sus hábitos de conexión digital para que los pueda mejorar.
Todas estas iniciativas contribuyen a la conciliación, el equilibrio emocional, la mejora del clima laboral y el compromiso de los empleados en un entorno que requiere de nuevas reglas. “Estamos pasando de ocuparnos de la experiencia del empleado dentro de la organización a algo más amplio, gestionar la experiencia de vida del empleado, ya que sus facetas profesional y personal están cada vez más entrelazadas. Las compañías tienen hoy una responsabilidad adicional sobre el bienestar de los empleados y han de preocuparse por la desconexión y la flexibilidad”, destaca Massimo Begelle, Regional Manager de Top Employers Institute.
ING y AXA son buenos ejemplos de compañías que han implantado una amplia variedad de medidas para garantizar la desconexión digital.
AXA, pionera en regular el derecho a la desconexión
En 2017, AXA fue la primera empresa en España que incluyó en su Convenio Colectivo el derecho a la desconexión de los empleados y, meses después, rubricó el Protocolo del derecho a la desconexión digital para garantizar el tiempo de descanso y la conciliación. En ellos, se establecen pautas como no enviar mensajes ni realizar llamadas fuera del horario laboral, las horas máximas de inicio y finalización de reuniones o el apagado de luces de los edificios AXA a las 19h. Además, durante los meses de trabajo en remoto (situación por pandemia Covid-19), se han reforzado prácticas para la gestión eficiente del tiempo en lo referente a convocar reuniones (duración, puntualidad, asistentes, planificación…), canales preferentes de comunicación entre equipos o el uso de la tecnología como aliada para ganar agilidad.
ING: escoger dónde y cuándo trabajar
Con Ework, el modelo de trabajo 100% libre de ING España, los profesionales pueden escoger dónde y cuándo trabajar con flexibilidad, dos aspectos esenciales para la conciliación y el bienestar. Además, han llevado a cabo una serie de medidas que contribuyen a la desconexión digital, que acompañan y que facilitan la jornada laboral. El horario flexible de entrada está contemplado entre las 7h y las 10h y de salida entre las 16h y las 19h. También acotan el horario para reuniones entre las 10h y las 16h y recomiendan que sean de un máximo de 45 minutos, para fomentar la eficiencia y la eficacia en la gestión de los tiempos de trabajo de cada profesional. Y, por último, establecen un horario restringido de envío de correos electrónicos y de llamadas. “Este conjunto de medidas refuerza la idea de una cultura organizativa centrada en el empleado y que repercuta positivamente en los clientes”, destaca Isaac Vitini, director de Recursos Humanos de ING España.
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