Tras un año conviviendo con la Covid-19, los riesgos psicosociales como el estrés, la depresión o la ansiedad no paran de crecer. Las consecuencias psicológicas de la pandemia a nivel individual, laboral y social ya están pasando factura a cerca de un tercio de la población, sin embargo, la prevención de riesgos de salud emocional sigue siendo uno de los servicios de salud laboral menos contratado por las empresas para la protección de sus trabajadores.
El Consejo General de la Psicología de España publicó el informe “Malestar psicológico derivado de la Covid en la segunda ola” donde asegura que uno de cada cuatro españoles presentaba síntomas relacionados con la depresión a causa del Covid y uno de cada tres mostraba cuadros de ansiedad: sensación de tristeza, apatía, desánimo, angustia, etc.
Otro estudio, publicado por la Universidad de Otawa en la revista científica Psychiatry Research, reitera estas conclusiones con datos de más de 55 países, entre ellos España, donde se registra un 24% de prevalencia del insomnio, el estrés postraumático alcanza el 22%, la depresión el 16% y la ansiedad el 15%.
Además, la Universidad del País Vasco, realizó un estudio centrado en el personal sanitario publicado en la revista Journal of Psychiatry and Mental Health, que evalúa los niveles de ansiedad, estrés, depresión e insomnio. Los resultados mostraron que los niveles de estas cuatro afecciones, eran mayores entre mujeres y profesionales de más edad y que variables como haber estado en contacto con el virus o el miedo en el trabajo desencadenaron una mayor sintomatología.
Desde el comienzo de la pandemia, el impacto del Covid en la salud mental y los riesgos psicosociales han protagonizado estudios e investigaciones en todo el mundo con una conclusión coincidente: la salud emocional de los ciudadanos, y por ende de los trabajadores, se está viendo afectada por la pandemia. Pese a ello, las empresas siguen sin considerar la salud emocional un objetivo prioritario dentro de los riesgos de sus empleados y los servicios relacionados con ella siguen siendo los menos contratados por las empresas a sus proveedores de salud laboral y prevención de riesgos.
La última Encuesta Nacional Laboral elaborada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social demuestra que la actividad de “psicología aplicada es la actividad menos contratada por las empresas españolas de todos los tamaños frente a especialidades como seguridad en el trabajo, medicina del trabajo, ergonomía o higiene industrial. Sólo el 35% de las empresas de más de 500 trabajadores contrataron servicios de psicología aplicada en el año 2019. Este porcentaje fue del 67% en el tramo de las empresas de entre 250 y 500 empleados, del 58% en el de las empresas de entre 50 y 250 trabajadores y del 46 y 43% en los tramos de 10 a 50 y de 5 a 10 empleados. (ver tabla página 27 de la encuesta).
Grupo ASPY recomienda a las empresas que aumenten su inversión en servicios de Salud Emocional para frenar esta situación que impacta directamente en el bienestar de los trabajadores. “Una persona trabajadora emocionalmente sana está más motivada, establece mejores relaciones y es más eficiente en el desempeño de sus funciones”, comenta Alejandro Hernández, Product Manager de Formación en ASPY.
Algunos de los clientes de Grupo ASPY han puesto en marcha iniciativas para reforzar la salud emocional de sus plantillas. Es el caso del Banco Sabadell, que ha puesto a disposición de sus empleados un servicio de atención psicológica para ayudarles a gestionar el estrés provocado por la pandemia y trabajar las emociones y la motivación de sus trabajadores.
Actualmente, ASPY cuenta con diferentes posibilidades para ayudar a las empresas a mejorar el bienestar emocional en sus plantillas como por ejemplo:
- Consultas de Salud y Gestión Emocional: un/a psicólogo/a atiende las necesidades de manera individualizada, proporcionando apoyo emocional, resolviendo dudas y aportando consejos para sobrellevar de una forma más adecuada la situación actual.
- Formación en Salud Emocional: un amplio catálogo de soluciones concretas, donde se propone un itinerario para el desarrollo personal, desarrollo de equipos y desarrollo de organizaciones, aportando nuevas habilidades y herramientas que el trabajador podrá aplicar tanto en el ámbito profesional como en el personal, mejorando su calidad de vida y sus relaciones y resultados en el desempeño de su puesto de trabajo.
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