Tele, sofá y… tablet, móvil, mails, Whatsapps, like en Instagram… Teletrabajo y… twitter, chat del trabajo y grupo de Whatsapp de padres. Y lo mismo cuando se estudia. La concentración es cada día más difícil. La distracción es la protagonista en cada una de las tareas que realizamos a lo largo del día. Esto hace que nos sintamos más, dispersos, estresados, pero también más cansados. Tal y como destaca Gabriela Paoli, psicóloga y autora del libro ‘Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología’ la hiperestimulación a la que estamos expuestos en la sociedad actual nos lleva a sentir una hiperconexión constante. El ‘always on’ nos lleva a perder nuestra salud física, mental y emocional.
El negocio de la distracción
Y es que en realidad es un negocio, mantenernos atrapados. Porque así las empresas pueden conocer nuestros gustos, inquietudes, deseos…y como consecuencia vendernos productos, servicios, viajes, etc. Los mejores cerebros del mundo están día y noche trabajando para inventar estrategias y recursos para captar nuestra atención, perdamos el autocontrol y volver adictivas nuestras mentes. Este es su negocio: ganar dinero captando nuestra atención.
¿Por qué nos distraemos tanto?
«La respuesta es básicamente porque estamos muy cansados» afirma Paoli. La sobreestimulación y el cansancio pandémico hace que baje nuestro umbral a la atención, y estemos más propensos a distraernos y además estamos más expuestos a las distracciones. El entorno físico es importantísimo para mantener la concentración, el foco. Por ejemplo, no es lo mismo estudiar en el aula. Este es un entorno más estructurado, donde hay un maestro o profesor que dirige la clase, marca los tiempos, y además están los compañeros, que hacen lo mismo, todo esto favorece el aprendizaje y la concentración. Y no olvidemos que, al estar en remoto, o sea con dispositivos, entran en nuestras jornadas de trabajo multiplicidad de inputs, llamadas, whatapps, notificaciones, publicidad, hipervínculos… es un bombardeo constante. »Nuestra atención se está debilitando por ser presa fácil de nuestros dispositivos. Vivimos en una sociedad tecnoglobalizada y seguramente tendrá grandes consecuencias en nuestros aprendizajes y en nuestras vidas en general», destaca Paoli.
Las neurociencias lo tienen claro: «Use it or loose it»: si no lo usamos, lo perdemos
Vivimos en una era del consumismo volátil digital. Leemos noticias, artículos, tuits, de forma ligera y superficial. Casi no tenemos tiempo de digerir la información y ya pasamos a otra. Si no usamos nuestra atención y ejercitamos nuestra atención, memoria y concentración terminaran por escasear, «nuestro cerebro es como un músculo necesita de ser entrenado y también necesita descanso para fortalecerse y repararse». Es necesario parar el ruido mental al que lo exponemos.
Consejos para mantener a raya las distracciones
– Evitar al máximo la multitarea: Al estar con nuestro ordenador o tablet es muy probable que caigamos en la multitarea, la cual es muy poco beneficiosa para la concentración y atención. Está comprobado que nos hace más productivos hacer solo una sola cosa a la vez.
– Atención e intención: Nuestro – para qué – es el que va a determinar a cuáles de todas las cosas que suceden a mi alrededor, le voy a prestar mi atención, y por ende a dedicarle más tiempo.
– La actitud lo es todo: Si te planteas que vas a trabajar o estudiar, busca tu motivación. Por ejemplo, qué harás al finalizar esa tarea.
– Blindarse al exterior: Apagar las notificaciones y silenciar los dispositivos. Poner en modo avión el móvil. No va a pasar nada en el mundo porque te ausentes unas horas.
– Antes de comenzar a estudiar o trabajar, temporalizar tu trabajo y tus descansos.
– Algunas técnicas recomendables y muy favorecedoras de la concentración y atención es la meditación y la práctica regular de deporte.
– Rodea tu espacio de trabajo o estudio con plantas y flores, el verde favorece la creatividad y la imaginación, ya que hace que tu mente se relaje.
– Cuida tus horas de descanso: Cuando estas cansado a tus células se les dificulta absorber la glucosa del torrente sanguíneo, esto las deja sin energía, y a ti, exhausto. Dormir mal también aumenta las posibilidades de pérdida de control de las emociones, caer ante tentaciones, y la atención va bajando durante el día.
– Mente dispersa, libreta al lado: Escribe tus ideas, preocupaciones para liberar espacio, no almacenes basura en tu memoria a corto plazo.
– Debemos entender que, tras algunas horas realizando multitarea, es decir actividades o trabajos en las que debe intervenir el cortex prefrontal, sentiremos cansancio mental y no podremos pensar con la misma agilidad y claridad.
Hay que recordar, por último, que muchos de nuestros sueños al principio parecen imposibles, luego parecen improbables y terminan por hacerse realidad ya que hemos puesto toda nuestra atención y tiempo en ellos. En definitiva, «tenemos que ser capaces de autoliderarnos y autoregularnos internamente. Hoy más que nunca debemos utilizar estas capacidades para formar parte de la era de la conexión y no de la distracción, de las sensaciones, del ruido, de lo superficial».
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