Un año de coronavirus ha traído consigo un sinfín de cambios a nivel social y emrpesarial y nos ha recordado que nada es para siempre, que lo que hoy es tendencia mañana puede dejar de estar en auge… Por ello, la formación y el desarrollo personal y profesional se ha vuelto aún más importante que antes. Y es que, en unos años, gran parte de las tareas o actividades que hoy realizamos en los trabajos cambiarán, se modificarán o incluso se eliminarán para dar paso a técnicas más novedosas a las que toca estar adaptado.
¿Hay nuevas tendencias?
El confinamiento ha sacudido la jerarquía de las profesiones. Si bien temporal, esta conmoción ha desencadenado algunos cuestionamientos:
- La utilidad social de las profesiones
- El sentido de los empleos y trabajos basura
- El sentido del trabajo
A su vez, ha cambiado la imagen de la transición profesional, en cuanto al considerar el hecho de estar desempleado para hacer balance, así como enterner la acción de cambiar de trabajo como una muestra de agilidad.
Una crisis más psicológica que económica
- La crisis ha provocado una fuerte incertidumbre que prevalece a día de hoy, especialmente en cuanto a la duración de la pandemia y de la propia crisis. Así mismo, los agentes económicos permanecen a la espera, aunque la bolsa se plantea optimista.
- La transición de la expectación a la acción es impredecible, pero se basará en señales débiles.
- El comportamiento de los agentes económicos es púramente especulativo, ya que depende de sus diagnósticos, sus creencias, su capacidad de interpretar estas señales débiles…
- Aunque se trata de considerar el regresa a la agenda estratégica inicial y se espera que las variables cambien la temporalidad, perturban los cambios que ya están en marcha, acelerados por el teletrabajo y ralentizados por la transformación de las profesiones.
El papel de las empresas será clave
Por ello, es necesario plantearse las preguntas correctas y, como empresa, acompañar lo mejor posible a todas las personas que se preguntan sobre su futuro y se centran en la proyección.
Los líderes deben mantener una serie de valores clave:
- Optimismo
- Sentido de la competencia
- Proyección
- Resiliencia
Además de las cualidades y valores que deben estar presentes, surge esa necesidad de actualización constante, existen otras razones por las que la formación y el desarrollo de los empleados es fundamental en esto que denominamos ‘nueva realidad’:
- La adaptación a las nuevas tareas. Ya lo hemos avanzado antes: en solo unos años, gran parte de las activiades y tareas que tenemos que realizar en nuestro día cambiarán o incluso desaparecerán para ser sustituidas por otras nuevas y adaptadas a las nuevas realidades que nos esperan.
- La ‘nueva’ competencia. Puede que en el siglo pasado no fuese tan habitual cambiar de trabajo. Lo sabemos por nuestros padres y abuelos quienes, en muchas ocasiones, apenas rotaban sus trabajos y pudieron desarrollar gran parte de su carrera laboral en la misma empresa o sector. Ahora, las cosas han cambiado. Y lo han hecho por la llegada de nuevas generaciones que, por lo general, cuentan con una mayor capacidad de adaptación y absorcion de conocimientos. No hay más que atender a la brecha digital entre generaciones que, aunque poco a poco se va cerrando, todavía es importante.
- Búsqueda de nuevas oportunidades. Ya sea por desmotivación, por ambición o por necesidad, la formación y el desarrollo nos servirá para adquirir nuevos conocimientos que pueden ser vitales a la hora de encontrar nuevas oportunidades laborales, o incluso emprender nuestro propio negocio, y, en más de un caso, salir del apuro de quedarnos sin empleo.
- Mejorar en nuestro puesto de trabajo. Porque las oportunidades no surgen solo fuera; dentro de nuestra propia empresa pueden surgir oportunidades de crecimiento. En ocasiones pueden llegar de forma arbitraria pero, en otras, podemos buscarlas a través de la formación y la adquisición de nuevos conocimientos.
- Más tiempo que nunca. Sí, sabemos que no todo el mundo ha visto aumentado su tiempo libre en la era del coronavirus, pero sí es cierto que las restricciones, los toques de queda y los confinamientos nos obligan a pasar más tiempo en casa. Ese tiempo de más que otras épocas pasaríamos fuera del hogar puede convertirse en oro si decidimos usarlo para formarnos. Por ello, podemos estar ante el mejor momento para formarnos.
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