Como seres humanos y pensantes, tratamos de buscar la racionalidad, el orden y el control incluso en aquello que se escapa de nuestras manos, y en este punto entra en juego la incertidumbre. La suma de nuestras propias características de personalidad, de las experiencias vitales, y también de nuestras circunstancias de vida influyen en que un determinado cambio nos afecte o no, o lo haga con mayor o menor intensidad.
Según TherapyChat, plataforma líder en psicología online, la realidad es que emplear nuestras energías en tratar de controlar lo incontrolable va quemando nuestras fuerzas a base de usar demasiados recursos físicos y mentales que pasan factura con el tiempo. Podríamos decir que tanto a nivel físico como mental a nuestro cuerpo le sucede algo parecido a la sensación de correr una maratón, solo que peor aún; no sabemos ni dónde está la meta, ni cuánto tardaremos en cruzarla.
A lo largo de los años hemos vivido diferentes situaciones de incertidumbre y cambios como sociedad, y una vez más, se repite la historia. Ahora más que nunca es momento de apostar por adaptarnos al cambio constante. Esto implica no agarrarse al pasado, y tampoco querer anticiparnos al futuro. De nada sirve anticiparnos a circunstancias sobre la vacuna o nuevos posibles confinamientos, ya que no encontraremos respuestas. La clave está en fluir con el presente.
Consejos útiles para aceptar la situación y desechar la ansiedad
TherapyChat recopila 5 consejos útiles para abrazar el cambio en general, que ayudarán a tu equipo a aceptar que vivimos en una situación de incertidumbre, y desechar sentimientos de miedo, ansiedad o tristeza constante, de forma que podamos mantenernos positivos:
- Una de las claves vivir en el presente, poniendo mucha atención al momento y trayendo la mente de vuelta cuando se vaya a otros lugares que nos traen ansiedad, miedo, culpa, tristeza, etc. En este punto nos puede ayudar a ejercitar esta capacidad el hacer ejercicios de meditación.
- Si te asaltan miedos y ansiedades, date un momento para pensar cuáles son esos eventos tan terribles que estás imaginando, y reflexiona sobre si serían tan horribles realmente o si por el contrario contarías con herramientas para capear las situaciones. También reflexiona sobre la probabilidad de que dichos eventos sucedan. Imagina otras alternativas más realistas sobre el devenir.
- Los sentimientos no se desechan, sino que se escuchan, se les pone nombre y se les pregunta qué nos están pidiendo. Evitarlos, no aceptarlos, ir contra ellos y ocultarlos solo nos daña. No veas a los sentimientos, incluso el miedo, la ansiedad o la tristeza, como enemigos, ya que están para pedirte algo. Por ejemplo, que te cuides, que bajes el ritmo y la autoexigencia, que no controles hasta lo incontrolable, o que pidas ayuda a un profesional.
- Busca llenar tu vida con alternativas positivas y reconfortantes que llenen los vacíos que han ido dejando aquellas cosas que ahora no puedes hacer o no tan cómodamente como antes. Ante la pérdida de reforzadores positivos, notaremos que estamos faltos de estímulos, así que es hora de movernos y buscarlos.
- Busca el contacto con los demás del modo que sea. Pídeles ayuda, comunícate, escúchales… en definitiva, comparte tus miedos e inseguridades y ayuda al resto con las suyas. Te ayudará a ver tu realidad de otra manera.
Aida Rubio, coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat, asegura: “siempre, en cualquier situación social, es recomendable vivir día a día, porque lo único verdaderamente existente es el presente. El pasado ya no es, y el futuro no sabemos si será en la manera en que lo anticipamos. Es por eso que no es recomendable especular o comenzar a hacer cábalas con la idea de la futura vacuna o nuevos confinamientos. Muchas veces nos perdemos en imaginar desgracias futuras que nunca llegan, y esto se debe a procesos de pensamiento distorsionados. Planificar está bien, pero siempre ateniéndose a la realidad de la situación presente”.
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