Si buscamos en Google ‘felicidad y trabajo’, aparecen miles de resultados afirmando que la felicidad de los trabajadores tiene un impacto directo en el éxito de una empresa. Como jefe o director todos deseamos contar en nuestras empresas con empleados satisfechos: personas que estén entusiasmadas por venir a trabajar, motivadas por hacer un buen trabajo y abiertas a cambios y dispuestas a colaborar.
“Los empleados que están satisfechos tienden a ser más felices, más contentos y motivados en el trabajo, así como son más productivos y disminuyen en gran medida sus ausencias. Además, es más probable que difundan positivamente información sobre su organización como defensores de la marca y es más que probable que permanezcan en la empresa durante mucho tiempo, lo que reduce la rotación de empleados”, explica María Guzmán, CMO de SumaCRM.
Pero, ¿cómo se mide la felicidad de los trabajadores? ¿Cómo saber si las críticas de los empleados son serias señales de que están insatisfechos o son simplemente sugerencias de mejora comunes y corrientes? Lo cierto es que solo el 40% de los empleados está feliz en su trabajo, según un estudio elaborado por la consultora Gallup.
“Hacer más felices a los trabajadores no se trata únicamente poner una mesa de ping-pong, sustituir una hora de trabajo para hacer yoga en la oficina o bien salir los viernes antes para irnos juntos de birras”, señala María Guzmán, que añade “se trata de medir la felicidad de lo que hacemos cada uno de nosotros en el trabajo y de dar un espacio para hablarlo y mejorarlo, sobre todo en un escenario de pandemia como el actual donde la comunicación y la interacción es más difícil”.
En el marco actual de coronavirus, qué podemos hacer para evaluar la experiencia en la empresa y lograr trabajadores más satisfechos.
- Tener conversaciones uno a uno. Imagínese que la empresa tiene 40 personas. No es realista esperar que los jefes pueden pasar tiempo a solas con los trabajadores de forma natural. Por lo tanto, es necesario programar conversaciones one-to-one. Muchas compañías mantienen este tipo de conversaciones de forma semanal, mensual o trimestral. En el desarrollo de estas sesiones debemos ser claro sobre los objetivos de las mismas y explicarles que con ellas queremos saber qué tan satisfecho está el empleado con sus funciones y con la empresa en su conjunto.
- Realizar encuestas como el semáforo de la felicidad. A veces es difícil para los empleados expresarse ante su jefe, especialmente si están preocupados por cómo lo tomará la otra parte. Es por eso por lo que las encuestas, especialmente las anónimas, pueden ser herramientas útiles. Las encuestas también ayudan a obtener datos cuantitativos, en lugar de solo un montón de ideas y sugerencias.
- Leer entre líneas. En la mayoría de los casos la felicidad de los empleados no será obvia, por lo que una buena herramienta será leer entre líneas. Será bueno investigar y conocer el rango de sueldo en las diferentes áreas para ver si lo que ofrece la compañía es competitivo. Habla con amigos fuera de la oficina y preguntarles cuáles son sus mayores problemas en sus trabajos, pueden además dar un punto de vista sobre problemas similares en nuestra propia oficina.
- Agradecer la sinceridad y buscar soluciones. Aunque los empleados muestren sus quejas, debemos tomarlas 100% en positivo. Es necesario tener en cuenta que no buscamos culpables, buscamos soluciones. Es decir, si hay alguna crítica directa, no se trata de dar justificaciones/excusas al otro, sino de escuchar, tragarnos el ‘orgullo’, ponernos del otro lado, y buscarle una solución.
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