Toda empresa sabe ya que un mayor bienestar de sus empleados no sólo ayuda a las personas a estar más sanas, sino que también les ayuda a ser más productivas, creativas e innovadoras y reduce, al mismo tiempo, las posibilidades de que se produzcan fugas de talento dentro de la organización en favor de la competencia.
Sin embargo, muchas compañías encuentran dificultades a la hora de diseñar sus espacios de trabajo de manera que potencie el bienestar de los equipos, un problema que cada vez es más frecuente. En este sentido, prestar atención a nuestro bienestar en el trabajo es esencial y más, cuando pasamos entre 8 y 10 horas en nuestro puesto de trabajo. De hecho, el agotamiento profesional, conocido también como burnout, fue incluido en mayo del año pasado en la Clasificación Internacional de Enfermedades por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y es una de las consecuencias.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, el próximo 10 de octubre, Steelcase ha querido arrojar luz sobre las claves para potenciar el bienestar físico, cognitivo y emocional de los trabajadores y cómo las organizaciones pueden atajar este problema desde el propio diseño de sus oficinas.
A más opciones, mayor bienestar
De acuerdo con las investigaciones de la compañía, la principal diferencia de un espacio de trabajo diseñado para el bienestar es que proporciona un abanico de espacios para facilitar la realización de diferentes tareas, una mezcla de espacios abiertos y cerrados, individuales y grupales que permiten trabajar cambiando de postura o teniendo acceso a tecnología fija o móvil. El acceso a la luz natural y a los compañeros se combina para ofrecer opciones a las personas y darles la oportunidad de encontrar las zonas y herramientas adecuadas para realizar su trabajo, reduciendo los niveles de estrés y aumentando la conexión entre los empleados.
Redefinir la privacidad
Según investigadores de Steelcase y la Universidad de Wisconsin-Madison, la privacidad es otra de las claves para aumentar el bienestar en el trabajo. Uno de los motivos es que, de media, somos interrumpidos cada 3 minutos en nuestras oficinas. Además, cuando recibimos una llamada o un compañero nos interrumpe, tardamos 23 minutos en volver a concentrarnos.
Sin embargo, en las organizaciones se ha asociado erróneamente la privacidad de los empleados al hecho de trabajar en un cubículo sin colaborar con el resto. Una variedad de entornos abiertos y privados cubre la necesidad de disponer de espacios donde puedan trabajar en equipo o concentrarse, donde los usuarios decidan qué espacio utilizar en función del trabajo que realicen y de sus preferencias personales.
El valor del bienestar
Gracias a investigadores como Tom Rath y el Dr. Jim Harter, de la consultora Gallup sabemos qué diferencias existen entre fenómenos como el bienestar y el estrés, así como su impacto en el balance final de una empresa. En Estados Unidos, las personas con un bienestar elevado suponen un coste sanitario para las empresas un 41% más bajo que el de las personas que no gozan de bienestar. Además, la tasa de rotación de estas personas es un 35% inferior, por lo que la salud mental de los trabajadores también redunda en una mayor atracción del talento.
“Las organizaciones deben empezar a fijar la atención en el bienestar de sus empleados para convertirlo en una ventaja competitiva. El espacio de trabajo es clave en esta ecuación; hay que generar entornos saludables porque el diseño de la oficina afecta directamente en el bienestar mental, físico y cognitivo y, por lo tanto, en la productividad de los trabajadores”, señala Alejandro Pociña, presidente de Steelcase Iberia.
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