Si una empresa quiere ser competitiva debe contar con los mejores trabajadores y, para atraerlos y retenerlos, es esencial ofrecerles buenas condiciones y ser percibida como una empresa que cuida de sus empleados. En esto se enfoca, en esencia, el employer branding, un término importado de la cultura empresarial anglosajona, que hace referencia a la reputación como marca empleadora que tiene cualquier organización. Dicho de otro modo, es la imagen de la empresa frente a sus potenciales empleados.
El employer branding surge como concepto en los años 60, pero en los últimos años ha experimentado un crecimiento exponencial. Y es que ya nadie duda de que la percepción externa es fundamental para captar y retener al mejor talento.
Hoy en día, los trabajadores pueden recabar abundante información de las condiciones laborales de cualquier empresa y de cómo la misma trata a sus empleados. Si la empresa X tiene una buena reputación como empleadora, es muy probable que el candidato se decante por ella.
Se trata de un cambio de paradigma en el modelo empresarial, muy vinculado a la capacidad y posibilidad de elección de los trabajadores. El objetivo es captar a los mejores y conseguir una vinculación con los empleados que les haga sentirse parte del proyecto.
Algunos ejemplos de employer branding
- La campaña #sobretodopersonas de Securitas Direct: la compañía de seguridad animó a sus profesionales a mostrar su faceta más personal, explicando aquellas cualidades que les hacen únicos. Estos se volcaron con la iniciativa mostraron en LinkedIn el título que realmente les define como persona y realizaron unos vídeos personales en los que respondían a la pregunta «¿Qué hay detrás de un profesional?». Se trataba de realzar el valor de lo que hace a cada persona diferente a los demás y, por eso mismo, valioso. «Analítico y acróbata de la paciencia», «Camaleónica y maratonista en potencia», «Dinámica, promotora del cambio y experta en sacarte una sonrisa» o «Analista caótico y organizador de planes» es como se identifican algunos de los perfiles profesionales de la compañía.
- El equilibrio entre libertad y responsabilidad ofrecido por Netflix a sus empleados. La confianza de la compañía estadounidense en sus trabajadores le permite atraer a profesionales cualificados que sean a la vez responsables y autónomos, creativos y emprendedores. Esta compañía proyecta una buena imagen de marca empleadora que retroalimenta la captación de buenos candidatos que aspiran a trabajar en una empresa que confía en su capacidad y talento.
Se trata de dos ejemplos particulares, pero ¿cómo adoptar una buena estrategia de employer branding?
Claves de una buena estrategia
Uno de los modelos más seguidos para la implantación de una estrategia de employer branding es el denominado ART, algunas de sus claves son:
- Escuchar a los empleados y candidatos con el fin de conocer cuáles son los aspectos que valoran y cuáles son sus expectativas de la empresa.
- Definir la oferta de valor de la empresa. ¿Cuáles son sus valores? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Qué la hace atractiva y la diferencia de las demás?
- Implicar en la estrategia a todos: dirección, empleados y candidatos.
- Ser creativo en el diseño de la marca de empleador: se trata de diferenciar la empresa de las demás, de dotarla de una personalidad propia como empleadora, que a su vez debe corresponderse con la marca corporativa.
- Activar todos los canales de comunicación, haciendo especial hincapié en las redes sociales. Eso sí, la comunicación debe ser veraz y natural. Si no lo es, se nota.
- Evaluar los resultados de manera continua.
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