Hasta hace poco, nadie podría haber predicho que más de un tercio de la población mundial quedaría confinada en sus hogares, teniendo que adaptarse a una nueva forma de vivir, cuidar, trabajar o socializar. En esta situación, la presión por diferenciar entre la vida personal y laboral aumenta, y se hace especialmente palpable cuando un empleado se encuentra mal: ¿Qué hacer, tomarse un día de baja por enfermedad, o hacer todo lo posible para trabajar desde casa?
Las organizaciones están esforzándose por gestionar esta situación de la mejor manera posible, tratando de mantener a sus empleados conectados mientras abordan los desafíos a los que se enfrentan en su nuevo entorno de trabajo. En este sentido, las cifras previas a la pandemia COVID-19 mostraban que muchos empleados habían acudido alguna vez a su lugar de trabajo pese a estar enfermos, tal y como señalaba un estudio reciente elaborado por Cigna: en 2018, tres de cada cuatro empleados españoles habían ido a trabajar enfermos.
Ahora, con muchos empleados trabajando desde casa, es muy posible que muchos empleados tengan dudas acerca de cuál es la mejor manera de proceder: si por el hecho de estar en casa deberían trabajar, o si lo más adecuado es tomarse un día libre para descansar, recuperarse y coger fuerzas. Los límites no están claros y todavía no hay un precedente establecido, por lo que es el momento perfecto para que las organizaciones allanen el camino y continúen apoyando a sus empleados, situando su salud y bienestar como prioridad número uno.
Pese a los cambios en la forma de trabajar, el papel de las organizaciones no varía
En muchas organizaciones, el teletrabajo no es algo nuevo, sino una medida plenamente implementada con anterioridad. Para otros, la transición al teletrabajo se ha visto acelerada por la pandemia, lo que ha significado la puesta en marcha de nuevas políticas, prácticas y procesos en relación al espacio de trabajo, además de una nueva forma de gestionar equipos.
Sin embargo, independientemente de si el trabajo se realizar desde una oficina o desde casa, el cuidado de la salud y bienestar de los empleados es una prioridad en las organizaciones, siendo esto particularmente importante teniendo en cuenta la situación actual. En España, un gran número de personas encaja en los colectivos de ‘riesgo’ frente al COVID-19: según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 30,9% de los españoles declara tener enfermedades crónicas o de larga duración y hay cerca de 12 millones de personas de más de 60 años, por lo que es probable que la enfermedad haya afectado o vaya a afectar a varios empleados o a sus familiares.
Además, es importante tener en cuenta la gran incidencia de otros factores de riesgo que afectan directamente a la salud, como es el estrés: de acuerdo con la última encuesta de bienestar de Cigna, ‘360 Wellbeing Survey 2019’, el 71% de los españoles sufre estrés, el 57% ha notado que algún compañero está estresado y el 60% afirma seguir la cultura del ‘siempre conectado’. Si el estrés no se gestiona de manera adecuada, puede impactar negativamente en la salud, tanto a nivel físico como mental. A la larga, puede repercutir en un incremento del nivel de absentismo de la empresa (los empleados tienen que tomarse días de baja para liberarse de la carga de trabajo), o al presentismo, (al sentirse presionados para continuar trabajando en casa, a pesar de estar demasiado enfermos para ser productivos).
Tal y como señala la Dra. María Sánchez, e-Health Medical Manager en Cigna España, ”Incluso en estos momentos de incertidumbre, las organizaciones deben proporcionar apoyo a sus equipos mediante el uso de herramientas digitales para ayudarlos a mantenerse conectados. Fomentar la comunicación regular por teléfono o por videoconferencia para hablar acerca de su carga de trabajo o sobre cualquier otra inquietud que tengan, ya sea personal, de salud o laboral, al igual que lo harían en el centro de trabajo, permitirá a los empleados abrirse y hablar. Es importante que los empleados sepan que la organización permanece atenta a sus necesidades, que su bienestar general sigue siendo una prioridad para la empresa y que el apoyo ofrecido por sus compañeros también se mantiene.”
La telemedicina, clave para proporcionar apoyo y cuidado en el ámbito laboral
La telemedicina es, ahora mismo, una herramienta clave a la hora de combatir el brote de COVID-19. Pero este tipo de soluciones también son de gran ayuda a la hora de cuidar la salud y bienestar de los empleados, ya no sólo durante esta crisis sanitaria, sino también a largo plazo, incluyendo el fomento de hábitos de vida saludables. Por ello, es importante que las organizaciones contribuyan a que los empleados tomen el control de su salud y bienestar, proporcionándoles acceso a este tipo de servicios. Ejemplo de ello es Doctor Cigna, el servicio de telemedicina exclusivo de Cigna y pionero en el mercado en adaptarse a las necesidades específicas del cuidado de la salud y bienestar en el entorno laboral.
Gracias a las videoconsultas, Doctor Cigna facilita el acceso a atención sanitaria siempre que sea necesario y sin necesidad de salir de casa. Además, sus funcionalidades adicionales facilitan que el empleado tome el control de su propia salud, gracias al seguimiento clínico personalizado de patologías crónicas y agudas, posibilidad de obtener prescripción de recetas, y acceso a programas personalizados de coaching en nutrición y actividad física para fomentar el cambio de hábitos y la adopción de un estilo de vida saludable.
En definitiva, gracias a este tipo de herramientas, las organizaciones pueden transmitir a sus empleados la importancia de cuidar la salud y bienestar en primer lugar.
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