¿Qué mascarilla de protección debo usar?, ¿cuál es la que mejor protege? Para resolver todas las dudas sobre este producto, que se ha convertido en indispensable, la mutua umivale ha preparado un nuevo material informativo y divulgativo sobre distintos tipos de mascarillas de protección.
En la ficha informativa se da a conocer de una forma muy gráfica si sirven para evitar que nos contagiemos, para evitar que contagiemos nosotros a otros, o para ambas cosas. El objetivo del documento es dar a conocer los principales tipos de mascarillas existentes.
Esta infografía se suma a la campaña de comunicación que bajo el lema ¡Juntos venceremos! está realizando la mutua y comprende material divulgativo con información, consejos y recomendaciones para ayudar a sobrellevar la situación de confinamiento por la que estamos atravesando.
Además, la campaña va en línea con el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo que se celebra anualmente el 28 de abril y que este año 2020 bajo el lema Detengamos la pandemia: la seguridad y salud en el trabajo puede salvar vidas se centra en abordar el brote de enfermedades infecciosas en el trabajo, prestando especial atención a la actual pandemia de la COVID-19.
Tipos de mascarillas y usos
Por un lado tenemos las mascarillas quirúrgicas, que están pensadas para mantener la asepsia, es decir, para retener las gotículas de saliva que contienen el virus si una persona está infectada, y que emite al toser o estornudar. Estas mascarillas no son un EPI, son un producto sanitario, y protegen la transmisión «de dentro hacia afuera». Deben ser desechadas después de su uso.
Por otro lado están las mascarillas autofiltrantes (las de alta eficacia) que sí son un EPI. Reguladas por la norma europea EN 149, contienen un filtro de micropartículas que protegen la transmisión «de fuera hacia dentro» en distintos grados según el tipo. En algunos casos disponen de válvula de exhalación para reducir la humedad, en estos casos no deben utilizarse por personas con sintomatología o contagiados por agentes infecciosos ya que dejan salir el aire exhalado sin ningún tipo de retención.
Las mascarillas autofiltrantes a su vez se dividen en tres categorías en función de su capacidad de filtración:
– Las FFP1 (con un 78% de eficacia de filtración mínima) sirven para limitar la propagación si quien la lleva está contagiado pero no ofrecen protección a quien la utiliza.
– Las FFP2 (con un 92% de eficacia de filtración mínima) se emplean en centros sanitarios para lo que se conoce como aislamiento aéreo: las usa el personal que está en contacto con pacientes contagiados, al entrar en su habitación o cuando es trasladado. Dependiendo de si cuenten con válvula de exhalación o no servirán para limitar la propagación del contagio.
– Las FFP3 (98% de eficacia de filtración mínima) se usan en tareas con riesgo de exposición a aerosoles. Un ejemplo es su uso para determinados procedimientos que se llevan a cabo en las UCI, como las extubaciones.
Es importante prestar atención al etiquetado de cada mascarilla autofiltrante que, además de indicarnos el tipo, nos marcará si se puede reutilizar o no (R o NR). En caso de ser reutilizable, se deben limpiar tras cada uso y almacenar siguiendo las instrucciones del fabricante.
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