El término ‘white collar workers’ o ‘trabajadores de cuello blanco’ tiene su origen en un escritor norteamericano que designó así a los modernos trabajadores de secretaría, administración y gestión durante la década de los 30.
Algo en común tienen aquellos trabajadores de los años 30 y los actuales no sólo en Estados Unidos sino en el resto del mundo: los problemas de salud asociados a su puesto de trabajo.
Según datos de Fellowes, especialistas en accesorios y mobiliario para puestos de trabajo ergonómicos, los dos principales problemas de salud a los que se enfrenta el trabajador de oficina del siglo XXI son los TME (trastornos músculo-esqueléticos) 62% y el estrés 17%.
Pero no sólo eso. El sedentarismo laboral ha incrementado en un 30% los últimos cinco años los trastornos y problemas cardiovasculares, especialmente de circulación sanguínea.
Quizá por eso términos como la prevención de riesgos o la ergonomía han adquirido una relevancia mayor en los últimos tiempos, puesto que las empresas no sólo tienen que cumplir la normativa sino que además la labor de prevención es de vital importancia.
Y es que adaptar el puesto de trabajo al trabajador de oficina es un reto para la empresa actual, que han dado prioridad para la aplicación de medidas ergonómicas que mejoren la salud y rendimiento de sus trabajadores.
Los ‘trabajadores de cuello blanco’ siguen teniendo los mismos problemas que hace diez años y, aunque se ha reducido notablemente la cifra de afectados debido a las inversiones en productos ergonómicos y medidas preventivas, los problemas de cuello, cervicales, hombro, espalda, zona lumbar y muñecas siguen estando presentes.
Fellowes indica en este informe encargado a Loudhouse que el 77% de los ‘white collar workers’ españoles consideran necesario el uso de productos como respaldos lumbares, reposapiés, elevadores de monitor y estaciones de trabajo que les permitan alternar el trabajo de oficina sentados y de pie.
También los datos revelan cierta autocrítica por parte de los trabajadores españoles puesto que el 90% de ellos reconoce que permanecen sentados durante largos períodos de tiempo sin apenas moverse de su puesto ni realizar descansos.
Para finalizar el estudio hace referencia también sobre la percepción que el ‘trabajador de cuello blanco’ tiene sobre la responsabilidad del bienestar en su puesto de trabajo, considerando un 32% que debe ser conjunta entre empresa y trabajador, un 18% que es responsabilidad exclusiva del empleado y un 51% que debe correr a cargo de la empresa y sus departamentos de prevención y RRHH.
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