Ocho de cada diez trabajadores en España aseguran ser infelices en su puesto de trabajo, por lo que la tasa de descontento laboral en nuestro país es una de las más altas del mundo. Esto supone un impacto negativo en las compañías, que ven cómo disminuye la productividad al tener que hacer frente a bajas laborales, rotación de personal, indemnizaciones o absentismo.
De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud, un 90% del deterioro físico y mental (falta de eficacia, fatiga crónica, insomnio, depresión…) que sufren los trabajadores está relacionado con el estrés provocado por el trabajo. Tan grave es el problema que supone el 60% de las bajas laborales en España.
De esta forma, contar con un buen ambiente laboral es algo crucial tanto para el trabajador como para la empresa, puesto que el mal ambiente suele ser consecuencia de una mala gestión, que suele derivar en excesiva presión, amenazas o reprimendas que popularmente conocemos como “cultura del miedo”.
De hecho, aunque el 79% de los directivos europeos está preocupado por el estrés laboral, menos del 30 % de las empresas de Europa cuenta con procedimientos para hacer frente al estrés, el acoso y la violencia ejercida por terceros en el lugar de trabajo. De esta forma, no resulta extraño que cuatro de cada diez trabajadores piensen que el estrés no se gestiona adecuadamente en su empresa.
Cinco consejos para prevenir y enmendar los problemas mentales de tu plantilla
Evitar esta situación tiene solución, pero requiere de un esfuerzo importante por parte de la empresa y unas pautas. Con el objetivo de ayudar a pequeñas, medianas y grandes empresas que se encuentren con este problema, la consultora especializada en transformación cultural de las empresas Execoach ha identificado los principales puntos en los que el equipo directivo debería hacer hincapié para conseguir aumentar el nivel de motivación de sus empleados:
- Crear una cultura de empresa basada en el bienestar de las personas. Los mejores prescriptores de una corporación o marca son sus propios empleados. Si un líder es capaz de involucrar a los trabajadores en el propósito y la visión de la empresa y ejercer su liderazgo con una visión humanista, el nivel de compromiso de los empleados con la empresa aumentará, al aparecer el sentimiento de pertenencia con ella.
- Delegar responsabilidades. En el momento en el que crece la responsabilidad de un trabajador dentro de la empresa, se traduce como un claro ejemplo de confianza de los superiores al trabajo realizado. Además, los mandos superiores deben huir de ciertas tareas que complican la gestión, la organización y, en última instancia, el buen ambiente. Delegar correctamente creará un nivel de seguridad y autoconfianza en la plantilla que se verá reflejado en su actividad.
- Facilitar la conciliación. Si hay un factor que en los últimos años se ha postulado como algo determinante a la hora de aceptar un empleo, son las medidas que tiene la empresa en materia de conciliación. Alargar la jornada con las temidas horas extra tiene un efecto negativo en los trabajadores. Llevar a la práctica acciones que permitan disfrutar de la familia y su tiempo libre hará que aumente el nivel de satisfacción con su puesto de trabajo. Y con ello su compromiso.
- Valorar los logros. Si hay algo que es esencial para motivar el esfuerzo de un empleado, es valorarlo cuando se produce. El reconocimiento a su desempeño es fundamental para aumentar el nivel de compromiso con la empresa. Un buen líder es aquel que sabe reconocer y valorar un esfuerzo o trabajo bien ejecutado.
- Predicar con el ejemplo. Uno de los principales errores que se suele cometer desde la dirección de una empresa es exigir una serie de requisitos a los empleados que no son cumplidos por los altos mandos. Esto puede generar sensación de diferenciación entre los diferentes rangos y descontento. Si el líder es el primero en dar ejemplo, su conducta se tomará como referencia por el resto de los empleados, lo que ayudará a un sentimiento de horizontalidad en la compañía.
Javier Carril, socio director de Execoach afirma: «Vivimos tiempos difíciles en los que todo es para ya, las tareas se solapan, la inmediatez y la velocidad han aumentado exponencialmente con las nuevas tecnologías, los límites entre nuestra vida personal y profesional se difuminan por la hiperconectividad constante y surgen constantemente nuevos procesos y herramientas con las que trabajar. Eso genera tensión, estrés y frustración. En un ambiente empresarial es fundamental la formación del equipo directivo en cuestiones como el liderazgo, la comunicación y la motivación de equipos, puesto que eso les dará las herramientas necesarias para organizar el trabajo de forma adecuada y sacar lo mejor de cada empleado«.
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