En la actualidad, entre un 40% y un 50% de los españoles empieza a experimentar pérdida auditiva debido al envejecimiento alrededor de los 55 años. No obstante, los expertos alertan de que en poco tiempo serán las personas de 40-50 años las que presenten signos de presbiacusia. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que para el año 2050 un 10% de la población mundial sufrirá problemas auditivos por una exposición a ruidos elevados.
La OMS pone especial foco en los jóvenes. Y es que la mitad de las personas de entre 12 y 35 años corren el riesgo de ver deteriorada su capacidad auditiva con el paso del tiempo por una exposición a ruidos elevados durante un tiempo prolongado. Según el II Estudio de hábitos de cuidado auditivo elaborado por GAES, esto se debe a que cada vez son más las personas que incorporan el sonido a sus actividades diarias, especialmente los más jóvenes.
En este sentido, el estudio afirma que un 50% de las personas de entre 25 y 34 años prefiere trabajar con música – en la franja de 18 a 34 años esta cifra es del 44% -; un 62% se relaja con sonido en lugar de hacerlo en silencio y un 93% escoge realizar deporte escuchando música.
Según sostiene Frances Carreño, director de Audiología y Calidad de GAES, “si a esto le sumamos que los jóvenes son los que más acostumbran a utilizar cascos para escuchar música, nos encontramos ante un aumento del tiempo en la exposición a sonidos con niveles superiores a los recomendados”. De hecho, según desvela el II Estudio de hábitos de cuidado auditivo de GAES, 4 de cada 10 jóvenes del mismo rango de edad reconoce escuchar música a un volumen alto, por encima de los 60 decibelios recomendados.
Cambios en el paradigma de exposición al ruido
Según los expertos, si bien hace unos años la pérdida auditiva se relacionaba con una sobreexposición al ruido en el ambiente laboral, actualmente se observa una tendencia a padecer dificultades auditivas debido al ruido en el tiempo de ocio y el uso prolongado de dispositivos musicales con un volumen excesivo. Esto es debido a las diferentes campañas de concienciación impulsadas en los últimos años, que han dado lugar a la aparición de nuevos reglamentos, un mayor uso de protección auditiva y acciones para provocar menor ruido en el entorno laboral.
No obstante, esta concienciación no existe en lo que a ocio se refiere. Por ejemplo, en un concierto podemos llegar a soportar hasta 100 dB, escuchar música con auriculares puede superar los 90 dB y estar en un bar puede llegar a alcanzar los 80 dB.
La prevención es la clave
Una vez más, la prevención es la mejor solución a la hora de prevenir problemas auditivos. “En este sentido, es muy importante que se adquieran unos hábitos auditivos que ayuden a generar menores niveles de ruido y acostumbrarnos a protegernos cuando no podemos evitarlos”, señala el especialista de GAES. Y es que, tal y como se afirma en el estudio, solo 1 de cada 10 encuestados utiliza protectores auditivos.
“Lo que es realmente necesario es incidir en la importancia de controlar el volumen de los dispositivos electrónicos paras no superar el umbral de decibelios recomendado. Para ello, actualmente contamos con tecnología capaz de regular el sonido y que nos advierte de la intensidad cuando se supera la franja máxima establecida” advierte Francesc Carreño.
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