Como cada año, el 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, una enfermedad cuyo número de afectados no deja de crecer y que se ha convertido en una de las patologías que más preocupa a los españoles. Y es que, según datos a los que ha tenido acceso el comparador de seguros de salud Acierto.com, se estima que el número de casos se ha disparado hasta un 12% en los últimos años, y que solo en 2019 estos alcanzarán los 277.700 diagnósticos.
Una realidad y una fecha en la que la entidad ha analizado cómo afecta la enfermedad a los pacientes más allá del impacto que supone sobre su salud, tanto física como mental. Sí, porque el cáncer también supone un gasto añadido importantísimo. Tan grande, que sufrirlo se encuentra relacionado con la precariedad económica y laboral. De hecho y solo para el cáncer de mama, la Asociación Española contra el Cáncer, cifra los gastos médicos adicionales (a los subvencionados por el Estado) en 150 euros al mes; una cantidad que no todo el mundo puede afrontar. Asimismo, se estima que los ingresos de aquellos núcleos familiares en los que se da se reducen, como mínimo, un 20%.
Estamos hablando de que la quimioterapia y la radioterapia dan lugar a desagradables efectos secundarios cuyos requerimientos no suele contemplar la Seguridad Social. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, al debilitamiento del sistema inmune que genera catarros y demás, a los problemas digestivos, dermatológicos, y a otra serie de imprevistos no cubiertos como las úlceras gástricas… Es decir, para tratarlos se necesitan antiinflamatorios, y hasta jabones y cremas libres de parabenos y perfumes que no son, precisamente, económicos.
También debemos tener en cuenta que los afectados no se encuentran en condiciones de cumplir con sus obligaciones cotidianas como hasta el momento, y que se ven obligados a contratar ayuda externa. A este gasto ha de sumarse el de la atención psicológica, cuidados paliativos, costes de seguimiento, rehabilitación, nutricionista… Si nos centramos en este último, hay que comentar que una buena alimentación es clave no solo para prevenir, sino para mantener el sistema inmune del paciente lo más fuerte posible. Sin embargo, comer bien -alimentos frescos, orgánicos, no procesados y sin aditivos- resulta más caro.
Autónomos y desempleados, colectivos de riesgo
Todo esto afecta todavía más a determinados colectivos. Es el caso de las personas en situación de desempleo, trabajadores autónomos, y trabajadores que cobran el salario mínimo interprofesional. Y es que aunque 2018 cerró con la tasa más baja de paro en 10 años, la realidad es que todavía seguimos tenemos casi un 14,5% de desempleo y que el salario medio en España ronda los 23.000 euros brutos anuales. Por no hablar de otros gastos a los que se están viendo abocadas las familias, en plena burbuja del alquiler, sobre todo en las grandes capitales.
En cuanto a los autónomos, tampoco lo tienen nada fácil, sobre todo porque hasta el 80% cotizan por la base mínima. En total, se estima que son hasta 11.000 trabajadores por cuenta propia las diagnosticadas por cáncer cada año. Respecto a los desempleados, son casi 10.000 los afectados. Esto significa que, por desgracia, aquellos que se enfrentan a la enfermedad deben tomar decisiones tan difíciles como pagar las facturas o comprar medicamentos. Y desde un punto de vista más social, también se producen pérdidas en el consumo y en la producción.
El seguro de salud, una alternativa rentable
Dicho lo cual, un seguro de salud podría salirnos especialmente rentable -aunque a priori pueda no parecerlo-. Sí, porque más allá de las técnicas de diagnóstico avanzadas, hay muchos seguros que incluyen prestaciones como las prótesis capilares y el tratamiento psicológico. Por no hablar de la posibilidad de acceder a un cuadro médico en el que, por supuesto, se encuentran endocrinos, nutricionistas, y otros profesionales del ramo que, entre otros, ayudarán al paciente a trazar un plan de nutrición adecuado a su condición que le permita tener el sistema inmune más fuerte.
En cualquier caso, hay que comentar que cada compañía de seguros de salud aborda la cobertura del cáncer de una forma distinta. Mientras que algunas aseguradoras como Fiatc Seguros permiten elegir un seguro para enfermedades graves como complemento con un límite de edad de 55 años para su contratación, otras como Generali cuentan adicionalmente con un servicio internacional que permite acceder a distintos hospitales en el extranjero y que se hace cargo de los gastos médicos y de hospitalización, entre otros. Y Sanitas Más Salud ofrece estudios genéticos en aquellos pacientes con antecedentes familiares, además de acceso a una segunda opinión médica, urgencias en viajes al extranjero e intervenciones quirúrgicas y hospitalización, entre otros.
Por otro lado, ciertas entidades como Aegon hacen una apuesta más decidida en alguna de sus pólizas, ofreciendo apoyo con 30.000 euros en capital asegurado, asesoramiento 24 horas, segunda opinión médica, orientación psicológica, asesoramiento en nutrición y gastos extras no cubiertos por la Seguridad Social como el transporte al hospital, el de contratar una empleada del hogar, las medicinas no subvencionadas, pelucas y prótesis, masajes de drenaje linfática… También cuenta con una cobertura de reconstrucción de la contramama.
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