Ante el aumento de los accidentes laborales de tráfico que, según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, están detrás del 32,7% de los siniestros relacionados con el trabajo y que solo en 2017 fueron la causa de la muerte de 202 personas en nuestro país, ALD Automotive, compañía de renting y gestión de flotas, ha evaluado en el libro blanco “El futuro de la seguridad laboral” el impacto financiero que tiene para las empresas la siniestralidad vial laboral, con el fin de minimizarlo a través de la inversión en tecnología y formación.
Además de los costes declarados del trabajador afectado, de las bajas y de posibles enfermedades derivadas, las compañías se enfrentan a otras pérdidas que están derivadas directamente de los siniestros y que a veces no pueden ser correctamente cuantificadas, como la disminución de productividad, los daños de imagen de marca e, incluso, los gastos de reparación, el tiempo de inactividad y las pérdidas del valor residual de la flota involucrada en los incidentes.
Por este motivo, ALD Automotive recuerda a las empresas la necesidad de realizar las revisiones pertinentes a sus flotas y a interesarse por el mantenimiento de los vehículos, y destaca la importancia de categorizar como conductores a sus trabajadores y a formarles con programas adaptados a sus necesidades.
Para ello, es clave implementar las nuevas tecnologías en los vehículos a través de herramientas de evaluación telemática que permitan identificar y analizar los estilos de conducción, de manera que los programas integrales de formación puedan adaptarse a cada conductor.
De esta forma, tal y como señala Noemí Ruiz, directora de RRHH de ALD Automotive, “estos cursos, tanto teóricos como prácticos, desarrollan las habilidades y potencian la educación vial, favoreciendo no solo una mayor sensibilización al volante, sino que también disminuye el riesgo de accidentes y los gastos asociados, aumenta el ahorro de combustible y reduce los costes”.
Asimismo, la incorporación de los sistemas telemáticos ayuda a las empresas a la gestión de sus flotas, ya que les permite hacer un seguimiento de los vehículos para optimizar el tiempo, la productividad y el ahorro, además de obtener datos referentes a la seguridad que les facilita la planificación de estrategias de gestión de riesgos. En este sentido, destaca Ruiz, “las funciones de asistencia a la conducción modifican los hábitos de conducción de los usuarios, incrementando la eficiencia y reduciendo la cifra de percances en la carretera durante el desempeño profesional”.
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