La gestión del estrés es una de nuestras grandes tareas pendientes. De hecho, según los datos de Doctoralia, el marketplace de salud más grande el mundo, el 28% de españoles se marcó como propósito para este año 2018 aprender a gestionar el estrés y el 29% mejorar el equilibrio entre la vida profesional y la personal. Y es que, de todos los tipos de estrés, el que se vive en el entorno laboral es cada vez más común y puede tener efectos directos en la calidad de nuestras relaciones personales, entre ellas, la de pareja. Con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el 28 de abril, desde Doctoralia queremos profundizar en cómo afecta el estrés laboral en las relaciones de pareja.
La cara oculta de la tecnología: cuando es casi imposible separar el trabajo de la vida personal
Es fácil decirlo, pero no tanto cumplirlo. “El trabajo es un bien de primer orden y, además, un bien referencial: nos solemos definir más por lo que hacemos (a qué nos dedicamos, nuestro cargo) que por lo que somos. Es por eso que cuesta frenar la influencia del trabajo sobre nuestra vida personal”, apunta Arantza Pérez Mijares, psicóloga y experta de Doctoralia.
La tecnología, principalmente el smartphone, también juega un papel protagonista en este caso. A pesar de que nos ayuda en la gestión del día a día, también nos hace estar conectados siempre de forma ininterrumpida, lo cual puede pasar factura en la pareja. En un estudio1 publicado en el año 2016 en la revista Psychology of Popular Media Culture, se preguntó a los miembros de varias parejas cómo describirían el uso que hacían de su smartphone. Asimismo, también se les pidió dar su opinión sobre la dependencia que su pareja tenía respecto al teléfono. Los resultados fueron claros: las personas que se consideraban dependientes del smartphone decían sentirse menos seguros sobre el futuro de sus relaciones. Por su parte, aquellos que señalaban que sus parejas pasaban demasiado tiempo con del móvil se mostraron menos satisfechos con su relación.
“Todo el tiempo que dedicamos a “estar conectados”, nos desconecta de nuestra pareja y en definitiva de nuestros intereses personales. Hay que aprender que la vida no es solo trabajo”, comenta la experta.
Cómo revertir la situación
El principal problema a la hora de gestionar el estrés laboral para que no afecte a la pareja es, para Pérez Mijares, que: “Con la pareja no tenemos el mismo filtro que tenemos en el trabajo y tendemos a descargar muchas de las tensiones en nuestro compañero/a. A esto hay que sumar que en muchas ocasiones tenemos la creencia errónea de que nuestra pareja es la responsable de nuestra felicidad, o tiene que ayudarnos a “soportar” nuestras cargas de forma indiscutible, cuando la realidad es que no es así. Nosotros somos los primeros responsables de nuestra felicidad y de gestionar nuestros problemas”.
Para la experta de Doctoralia, algunos consejos para evitar que el estrés del trabajo salte al mundo de la pareja son:
- Diferenciar bien las horas que pertenecen a la parcela del trabajo y las que nos pertenecen a nosotros, y entre ellas, a estar con la pareja. “Hay que darle la misma prioridad a nuestra pareja que a ese cliente o proyecto tan importante”, apunta Arantza Pérez.
- Aprender a priorizar las tareas que pueden esperar al día siguiente, así como delegar trabajo, nos puede ayudar a pasar tiempo de calidad con nuestra pareja y a no sentirnos tan dependientes del móvil fuera del trabajo.
- Explotar más nuestros gustos e intereses personales, conectarnos con nosotros mismos. El trabajo es una parcela de nuestra vida pero no la única, no podemos sobreexplotarnos. “Si estamos bien con nosotros esto afectará positivamente a nuestra pareja. Es una espiral de retroalimentación”. La meditación o el mindfulness, hacer deporte, llevar una dieta sana, expresar gratitud y plantearse objetivos que nos ilusionen son algunas formas de conectar con nuestro yo.
- Discernir entre realización personal y trabajo nos ayudará a conectarnos con nuestra esfera personal, dentro de la cual se encuentra la pareja. “El trabajo tiene que ser un medio que nos permita tener el tiempo y las herramientas necesarias para alcanzar la realización personal, y no al revés”.
Si, a pesar de estas pautas, nos cuesta gestionar el estrés y el impacto que tiene en nuestras relaciones, lo mejor es acudir a un especialista para que nos oriente de forma individual sobre cómo hacer frente a las cargas del trabajo y compatibilizar la vida profesional con la personal.
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