La Sociedad Española de Neurología (SEN) afirma que alrededor del 30% de la población sufre algún tipo de insomnio. Este es uno de los mayores problemas que se busca enfrentar con la celebración del Día Mundial del Sueño, una fecha que sirve para generar conciencia acerca de la importancia de un buen descanso, pero también para combatir los malos hábitos y enfermedades vinculadas al sueño que perjudican al ser humano.
Nuestro organismo es muy inteligente y él mismo es capaz de prepararse para dormir. Por la noche, además de descender la temperatura corporal, nuestro cuerpo fabrica melatonina. Esta hormona, que se produce ante la falta de luz, controla el ciclo diario del sueño y está presente en bacterias, hongos, animales y plantas.
A pesar de ello, tú también puedes llevar a cabo una serie de hábitos que ayuden a tu organismo a dormir y descansar de forma placentera, duradera y eficaz.
- Horario regular: intenta levantarte todos los días a la misma hora, incluso si has salido el sábado por la noche. Si el fin de semana duermes de más, te costará muchísimo conciliar el sueño de lunes a viernes para ir a clase o a trabajar.
- Alimentación: cena con moderación, ya que las comidas abundantes pueden dificultar el proceso de digestión y que tu cuerpo no sea capaz de descansar esa noche. También es bueno reducir la cantidad de picante y grasa.
- Bebidas: elimina de tu dieta (sobre todo horas antes de acostarte) el alcohol, el café, el té y las bebidas energéticas. Tampoco bebas mucha agua para evitar que tengas que levantarte al baño en mitad de la noche.
- Tecnología: mete en un cajón el móvil, la tablet y el resto de dispositivos electrónicos. No solo por las hondas que emiten, sino porque su luz (blanca o azul) evita la fabricación de melatonina.
- Habitación: por el mismo motivo, baja las persianas y aprende a dormir en completa oscuridad. También es beneficioso el controlar la temperatura de la habitación. Intenta mantenerla alrededor de los 20°C.
- Trabajo: no te acuestes inmediatamente antes de haber acabado de trabajar. Procura dedicar unos minutos a leer, ver una serie, conversar, etc. Cualquier cosa que te ayude a desconectar tu mente.
- Rutina nocturna: avisa a tu cuerpo de que es hora de dormir con una serie de hábitos diarios. Antes de acostarte, bebe un vaso de leche caliente, lávate los dientes, échate la crema facial, ponte el pijama, etc. Así, con el tiempo, tu organismo reconocerá estas acciones y se irá preparando para descansar.
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