Los empleados europeos sienten que la edad les impide evolucionar profesionalmente conforme a un estudio realizado por ADP®, proveedor global líder en soluciones de Gestión del Capital Humano, en el que han intervenido casi 10 000 adultos trabajadores europeos. La edad se percibe como el principal impedimento para la evolución profesional (19 %), seguido del favoritismo (7 %), la falta de oportunidades en la empresa en la que se encuentran (7 %), la preparación (5 %) y las necesidades familiares (5 %).
La edad se menciona en especial como obstáculo en los Países Bajos (24 %), Suiza (21 %) y el Reino Unido (20 %). Por lo general, es un obstáculo aún más acuciante para los trabajadores más mayores, con un 46 % por encima de los 55 años y un 27 % entre 45-54 años que se sienten de esa forma. No es de extrañar que, por primera vez en la historia, debido al envejecimiento del capital humano, cinco generaciones de empleados pronto vayan a trabajar codo con codo. Probablemente, los avances tecnológicos y las diferencias de edad más pronunciadas en el capital humano estén aislando a los trabajadores más mayores que se sienten anticuados con respecto a la generación más joven y más preparada desde el punto de vista tecnológico.
La prueba del estrés
Es normal que en el lugar de trabajo haya un cierto nivel de estrés y es natural que todos los empleados experimenten estrés de vez en cuando. No obstante, si el estrés se produce de manera regular o alcanza niveles excesivos puede tener un impacto en el rendimiento, la satisfacción y el bienestar de los empleados, y repercutir en la retención de los empleados y la productividad. La mayoría de los encuestados (73%) afirman experimentar estrés al menos una vez al mes, mientras que más de una cuarta parte de ellos dicen que nunca lo experimentan. Sin embargo, los resultados muestran que el 16% de los empleados de Europa soportan el estrés a diario, o lo soportan tan a menudo que están considerando la posibilidad de cambiar de trabajo. Este porcentaje es superior al del año pasado cuando el 13% dijeron que sufrían estrés constante. Los empleados más estresados se encuentran en Polonia, donde más de uno de cada cinco (22%) afirman soportar el estrés a diario, o con tanta frecuencia que están considerando la posibilidad de cambiar de trabajo. En cambio, los empleados españoles son los menos estresados, ya que solo uno de cada diez declara que es un problema diario y más de un tercio (34%) afirman que nunca experimentan el estrés.
Los sectores del comercio minorista, ocio y sanitario son los más afectados, ya que uno de cada cinco (19% y 20% respectivamente) trabajadores afirman que es un problema diario, o que les lleva a considerar la posibilidad de encontrar oportunidades en otras partes. Esto contrasta de forma notable con el sector de la informática y las telecomunicaciones donde la cifra es solo del 11%. Las mujeres son más propensas que los hombres a experimentar un estrés extremo: una quinta parte (20%) de ellas afirma que lo experimentan a diario o de manera excesiva, en comparación con el 15% de sus colegas masculinos. Los mayores de 55 años son los menos propensos a experimentar estrés, ya que casi uno de cada cuatro (39%) dicen no sufrirlo nunca; quizás debido a su mayor experiencia o a sus reducidas horas de trabajo y/o responsabilidades a medida que se acercan a la jubilación.
¿Qué significa esto para RR. HH.?
Un tercio de los empleados siente que sus empresas no apoyan su evolución profesional como es debido. Esta cifra es incluso superior en Francia, Italia y Alemania. No obstante, es interesante mencionar que el resto de Europa considera que tanto Francia como Alemania se encuentran entre los 3 mejores países para trabajar.
Los departamentos de RR. HH. necesitan asegurarse de que los empleados están familiarizados con los desafíos vinculados a la edad a los que se podrían enfrentar a la hora de trabajar. Esto resulta especialmente importante a la hora de tomar en consideración la evolución profesional y la formación. La función principal de RR. HH. de cara a los empleados es proporcionarles oportunidades de formación (32 %) y también ayudarles con su evolución profesional/asesorarlos (23 %).
Según Jordi Aspa, director general de ADP Iberia, Polonia y Suiza: “puede resultar desalentador que los empleados sientan que existen obstáculos entre ellos y sus objetivos profesionales que no logran controlar. Para contar con un capital humano lo suficientemente comprometido, los empleadores deben garantizar que todos los empleados reciban un trato justo y, el apoyo y reconocimiento que se merecen. De forma similar, las empresas tienen que abordar cualquier preocupación generacional que sientan sus trabajadores para beneficiarse del valor que aportan las diferentes edades y niveles de experiencia al lugar de trabajo”.
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