Triora, clínica de rehabilitación de adicciones, alerta del mayor riesgo de accidentes laborales relacionados directamente con el consumo abusivo de alcohol, drogas y otras sustancias. De hecho, se estima que cuatro de cada diez accidentes laborales se deben a esta causa, razón por la que cada vez más los profesionales de los de recursos humanos están adoptando medidas al respecto.
El abuso de sustancias antes o después del trabajo acaba causando y repercutiendo en la salud económica de las empresas debido al incremento de las bajas laborales, a la disminución del rendimiento, a una influencia negativa en el ambiente de trabajo -provocando problemas como discusiones o conflictos con los compañeros-, o a un mayor absentismo laboral. De hecho, en el caso del absentismo laboral, los trabajadores pueden llegar a ausentarse incluso nueve veces más de lo normal, o bien si se presentan, hacen acto de un presentismo poco productivo.
Tan solo en España se calcula que hay entre 200.000 y 300.000 pacientes que deberían estar en tratamiento médico para superar la adicción al alcohol. Además, en los últimos años de crisis, el estrés laboral, la falta de trabajo -o el miedo a perderlo-, ha hecho aumentar su consumo. Según el informe de Alcohol, Drogas y Otras Sustancias en el Ámbito Laboral, el motivo más aducido por los trabajadores ocupados para el consumo de alcohol en el trabajo es el agrado de consumir este tipo de sustancias, seguido de la influencia social, los problemas de relación, el aburrimiento, y las condiciones de trabajo así como los problemas laborales.
Este tema continua siendo una cuestión complicada de resolver para el empresario, ya que no siempre es fácil detectar si un empleado está sufriendo problemas de adicciones. Los síntomas engloban una gran cantidad de aspectos, incluyendo los psicosociales, los cognitivos, y los del comportamiento. Sin embargo, hay algunas señales que pueden ayudar a detectarlo, como períodos de enfermedad más duraderos de lo normal, ausencias en el trabajo, relaciones de trabajo conflictivas- pudiendo llegar incluso a avisos de abusos por parte de los compañeros-, falta o insuficiencia de productividad, o bien signos visibles tales como: sudoración excesiva, temblores en las manos, ruborización de la piel o descuido de la higiene personal.
Para el empresario que se enfrenta a empleados con posibles problemas de adicción, puede ser muy útil:
Establecer una política clara con respecto al consumo de sustancias psicoactivas
Establecer claramente las consecuencias de violar las reglas (aviso, suspensión o despido).
Involucrar al médico o psicólogo de la empresa o a centros de rehabilitación como Triora.
Normalmente el empresario, aun consciente de que el proceso de recuperación puede ser lento y las posibilidades de recaída altas, debería solicitar tratamiento para el empleado con el objetivo de ayudarle en su adicción. Es importante identificar las condiciones de trabajo o la situación personal de los trabajadores para poder prevenir una adicción, así como suministrar información a los trabajadores sobre los riesgos y la prevención del consumo de alcohol y drogas.
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