Un 30,8 por ciento de los trabajadores sufre fatiga mental relacionada con su jornada laboral. Es una de las conclusiones del II Barómetro de la Salud en Entornos Laborales en España, elaborado por la firma HGS (Consultora del Grupo Papelmatic). El estudio, en el que han tomado parte 80 empresas de diferentes ámbitos y sectores, revela también que un 64 por ciento sufre alguna dolencia.
Además de la fatiga mental, entre las afecciones más habituales figuran el escozor en los ojos (35,6 por ciento de los encuestados); el dolor de espalda (31,7 por ciento); el dolor de cabeza (23,1 por ciento); sensación de sequedad en membranas, mucosas y piel (15,4 por ciento) e irritaciones de nariz y garganta (12,5 por ciento). Sólo un 36,5 por ciento afirman no sentir ninguna dolencia de forma habitual.
Resulta destacable que estas dolencias no fueran motivo de baja laboral en la inmensa mayoría de los casos (94,2 por ciento). «En parte, esto puede deberse a que las dolencias tuvieran una intensidad menor, pero también es posible que los trabajadores hayan desarrollado durante estos años de crisis una mayor resistencia antes de recurrir a la baja médica», explica Mònica Fornt, de HGS. «Esto encaja bien con ese 30,8 por ciento de encuestados que afirma sufrir fatiga mental, porcentaje que resulta preocupante», añade Fornt.
¿Se implican las empresas en el bienestar laboral de sus empleados?
Con todo, la percepción de los trabajadores sobre la implicación de las empresas en relación a su salud es bastante benévola. Un 44 por ciento considera que su empresa se preocupa «mucho o bastante» por mantener un entorno laboral saludable, mientras que un 42 por ciento cree que se implican aunque «de una forma muy elemental». Un 11 por ciento opta de forma inequívoca por la respuesta de «no, en absoluto» a esta cuestión.
Ruido, temperatura y orden: lo más valorado por los trabajadores
Preguntados por los aspectos que en mayor medida afectan a su rendimiento, hay unanimidad en que el ruido (70,2 por ciento) y la temperatura (62,5 por ciento) son factores esenciales. Le siguen en la lista el orden (42,3 por ciento) y la iluminación (34,6 por ciento). Estos aspectos se sitúan por delante de otros como el espacio físico (mencionado sólo por un 26,9 por ciento), el mobiliario (19,2 por ciento) y la limpieza (16,3 por ciento).
En la práctica, estos factores gozan de una cierta normalidad, ya que el 80,3 por ciento de los encuestados cree que su espacio de trabajo es suficiente para las tareas requeridas, y un 87,3 por ciento cuenta con iluminación natural. Menos plácida es la situación del 23,7 por ciento de encuestados que aseguran no contar con el sonido ambiente adecuado.
«La combinación de estos factores es decisiva en términos de bienestar, pero también de rentabilidad, comenta Mónica Fornt. Un trabajador/a que no está mínimamente a gusto no rendirá como podría hacerlo, y resulta preocupante ese 23,7 por cientoque puede verse sometido a estrés auditivo, e incluso el 13 por ciento que trabajan sin ninguna luz natural».
Mobiliario
En relación a los elementos del equipamiento con mayor incidencia sobre el bienestar laboral, y como ya ocurrió en la I edición del Barómetro, la silla y la mesa son los elementos más valorados. En ambos casos, los encuestados le dan una puntuación superior al cuatro sobre cinco.
Temperatura
En cuanto a la temperatura —crucial en las estaciones extremas como invierno y verano—, destaca que un tercio de los encuestados (32,8 por ciento) asegura trabajar con una temperatura «inadecuada», y que un 46,3 por ciento cree que se hace un mal uso de los aparatos de aire acondicionado o calefacción.
Elementos de higiene personal
En cuanto a la higiene personal, el Barómetro arroja datos desiguales: por un lado, el 91 por ciento afirma contar con jabón de manos, pero sólo un 30 por ciento cuentan con toallitas de un solo uso para secarse las manos, porcentaje que se reduce al 21,8 por ciento cuando hablamos de gel alcohólico desinfectante de manos —elemento clave en la transmisión de virus comunes—.
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