En concreto, el 15 por ciento de los altos ejecutivos encuestados sufre mareos, vértigos y cefalea usualmente, mientras que un 17 por ciento padece depresión. En ocasiones, hay directivos que pueden sufrir ambas patologías a la vez. Casi la mitad de los encuestados, un 44 por ciento, presenta índices de colesterol excesivos, junto a un 15 por ciento que supera la tasa normal de glucosa y un 7 por ciento que presenta carencia de ácido fólico, un problema que puede provocar la aparición de Alzheimer en el 5 por ciento de los casos.
Además, un 25 por ciento de los directivos mostró resultados anormales en electrocardiogramas y un 15 por ciento los presentó en un TAC. La carga de responsabilidad, el estrés y la ansiedad son los principales factores desencadenantes de estos problemas de salud, que no suelen mostrar síntomas hasta que ya es demasiado tarde. «La conducta predictiva es esencial para establecer mecanismos de prevención capaces de retrasar o incluso evitar la aparición de enfermedades», ha señalado el presidente de EuroEspes, el doctor Ramón Cascabelos.
Por ello, el CIBE ha puesto en marcha un Programa de Prevención de Riesgo Cerebral (PPRC) para altos ejecutivos, dirigido a identificar precozmente las enfermedades relacionadas con el sistema nervioso a través de protocolos diagnóstico que identifican el riesgo mucho antes de que aparezca la enfermedad.
Los chequeos médicos convencionales tienen una limitada utilidad en el diagnóstico precoz, por lo que para prevenir de forma efectiva posibles enfermedades neuronales es preferible, según EuroEspes, basar el diagnóstico en chequeos integrales con procedimientos analíticos, en el estudio de marcadores genéticos específicos de riesgo y en pruebas complementarias que comprueben el riesgo de otras patologías.
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