En el verano de 2010 se implantó en Valencia el sistema de bicicletas públicas ‘Valenbisi’, de la empresa JC Decaux, con una distribución de 1.500 bicicletas repartidas en 150 puntos de estacionamiento. En ese momento se inició el estudio que ahora se presenta y que tuvo una duración de ocho meses. Se contó con una muestra de 173 estudiantes del grado de Psicología y Magisterio, con una edad media de 21,3 años, de los que solo un 8,7% hacía uso de la bicicleta para desplazarse a la universidad antes del estudio. El Campus de Blasco Ibáñez disponía de 210 bicicletas y el de Tarongers, de 146. Además, la ciudad disponía en aquel momento de 130 kilómetros de carril bici. Los datos fueron recogidos en dos ocasiones: al principio de septiembre de 2010 y al final de abril de 2011. En las dos ocasiones se utilizó el mismo cuestionario y fue realizado en presencia de un investigador del proyecto para garantizar el proceso.
“Los resultados del estudio de seguimiento realizado durante ocho meses demuestran un aumento significativo en el uso de la bicicleta como medio de transporte principal para trasladarse a la universidad, así como el potencial de este sistema en la promoción de un peso saludable y, en consecuencia, en la disminución de la incidencia de obesidad y sobrepeso entre la ciudadanía”, señala el profesor Javier Molina.
Diversos estudios demuestran que el uso de la bicicleta como medio de desplazamiento es una práctica asociada a beneficios para la salud, como es el buen estado cardiovascular, y es por eso que las políticas públicas tienen un papel crucial en el fomento del uso de la bicicleta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una serie de propuestas para promover este medio de transporte, tales como la expansión de redes para el ciclismo, la creación de rutas atractivas y seguras, el acceso público a las bicicletas para viajes cortos y el aumento de puntos de estacionamiento. La transición de la enseñanza secundaria a la universidad se caracteriza, en general, por una disminución de la actividad física, lo cual está directamente relacionado con el aumento del peso corporal. En las últimas décadas la incidencia de sobrepeso/obesidad se ha incrementado entre los estudiantes universitarios. La universidad constituye un importante contexto para la promoción de la salud, y es por ello que tiene la responsabilidad de promover programas saludables y, concretamente, de aumentar los niveles de la actividad física.
Se ha podido constatar que, ocho meses después de su implantación, el 19% de los participantes eran usuarios habituales del sistema de bicicletas públicas, aumentaron de forma significativa su gasto energético semanal y redujeron su índice de masa corporal (IMC). Al finalizar el estudio, los desplazamientos en bicicleta proporcionaban a los usuarios aproximadamente la mitad de la actividad física semanal que recomiendan los organismos internacionales como la OMS, que indican la necesidad de realizar como mínimo 150 minutos semanales de actividad física. Los factores que más favorecieron el uso del nuevo sistema fueron la existencia de al menos una estación de Valenbisi en un radio de 250 metros de la vivienda de los participantes, así como recorrer una distancia inferior a cinco kilómetros hasta la universidad. Otro factor que fomentó su uso fue tener la percepción de un entorno urbano seguro respecto al tráfico y a la existencia de carriles bici separados del resto para otros vehículos.
“Además de una dieta adecuada, los resultados sugieren que, para conseguir un cambio profundo en el comportamiento de los ciudadanos hacia un estilo de vida saludable, los sistemas de bicicletas públicas como Valenbisi tienen un papel estratégico en la promoción de la salud, ya que favorecen el aumento de los niveles de actividad física y la reducción del peso corporal”, concluye Javier Molina.
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