La violencia en el trabajo se manifiesta de diferentes formas. Intimidación, acoso psicológico y sexual, agresiones verbales, rumores, aislamiento social y discriminación son las principales actitudes que se consideran violencia.
Este tipo de comportamientos está aumentando en todos los países. Lo que muchas empresas desconocen es que a menudo esta suele ser la causa de muchos problemas de ausentismo y baja por enfermedad que se camuflan bajo otros pretextos por miedo del acosado de poner en conocimiento de sus superiores la situación a la que se enfrenta.
Según el último estudio de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo, el coste global de la violencia en el trabajo es cada vez un coste de mayor peso en las empresas debido a la cantidad de pérdidas en productividad que se producen como consecuencia de este fenómeno.
En España, un 26% de la población trabajadora declara estar expuesto frecuentemente a algún tipo de violencia física por parte de compañeros de trabajo. El acoso sexual frecuente alcanza unos datos de un 21% y un 22% reconoce padecer a menudo agresiones verbales, aislamiento social y ser víctima de rumores, según datos de la última Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo.
Por sectores, construcción, administración pública y educación son los que salen peor parados.
En cualquier caso los datos no dejan indiferentes.
Según Cristina Guillén Cristina Guillen, Licenciada en Psicología y Técnico Superior PRL de Grupo Geseme “La intimidación, el acoso, la discriminación y otras conductas similares pueden ser tan perjudiciales como la violencia física . Los trabajadores más vulnerables son las mujeres , os inmigrantes y aquellos que por motivos relacionados con la edad, religión etc.. puedan ser víctimas de discriminación por parte de compañeros»
Preocupación internacional
La creciente conciencia de la necesidad de abordar la violencia laboral ha dado lugar al desarrollo de estrategias nuevas y eficaces de prevención por parte de los organismos internacionales incentivando a gobiernos, empresas y sindicatos a que implementen políticas de tolerancia cero con respecto a la violencia en el trabajo. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer y para ello es necesario que directivos y gerentes – en cuyas manos está la posibilidad de implementar políticas de prevención de riesgos laborales- tomen mayor conciencia de esta problemática y del coste que significa para las empresas situaciones de violencia en el entorno laboral.
Medidas preventivas: ¿Qué podemos hacer para evitar la violencia en el entorno laboral?
La prevención y la detección temprana de posibles riesgos laborales de violencia en el trabajo es fundamental para evitar un clima laboral que no sólo afectará al acosado sino a la productividad y calidad del trabajo en general.
La prevención pasa por observar y detectar en fases muy tempranas la figura del acosador y su posible víctima. En este caso una correcta política de prevención de riesgos laborales permitiría detectar a tiempo si existen en la organización conflictos o desequilibrios en base a posiciones jerárquicas o en la relación de poder entre acosado y víctima.
A pesar de que los motivos que llevan a la manifestación de algún tipo de violencia pueden ser variados, la mayoría vienen motivados por la intención del acosador de anular la figura del acosado haciendo que renuncie a un puesto de trabajo, evitando que destaque en la organización o anulando el valor que aporta el trabajo del acosado.
Una característica común en cualquier tipo de situación de violencia en el entorno laboral es el incremento de la intensidad y la frecuencia con la que se producen los ataques por lo que la detección en fases tempranas evitaría el desarrollo de una situación cada vez más grave que explota cuando el acosado llega a su límite de tolerancia.
Según Cristina Guillén- «las principales medidas para prevenir situaciones de violencia en el entorno laboral pasan por:
- Propiciar una comunicación abierta entre el personal de la empresa de forma que se facilite el poder comunicar situaciones de este tipo en cuanto se detecten.
- Implicar, concienciar y sensibilizar a todas las partes necesarias dentro de la organización sobre la importancia de evitar conflictos en el entorno laboral.
- Desarrollar un Plan de Trabajo destinado a mejorar el clima laboral en todos los sentidos. Por ejemplo, formando a los empleados en el manejo de situaciones conflictivas, facilitando la conciliación de vida familiar y laboral y considerando las medidas necesarias para proporcionar apoyo médico y psicológico a posibles trabajadores afectados por una situación de violencia laboral.
«estas serían sólo algunas de las principales medidas a implementar con el fin de evitar una situación tan desfavorable para la empresa y sus empleados. Además, es necesario que las empresas dispongan de un protocolo de actuación y rápida respuestas ante potenciales conflictos así como de indicadores internos destinados a revisar el clima laboral y a analizar la detección y/o la evolución de incidentes registrados en esta materia» añade Cristina Guillén.
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