Cuántas veces hemos podido observar que algunas personas se tapan la boca al sonreír, para ocultar defectos en los dientes; algo penoso si pensamos en lo positivo que representa una sonrisa. Desde esta perspectiva es fácil comprender que la libertad o el temor de sonreír abiertamente pueden alterar a la hora de optar a un puesto de trabajo, y en realizar actividades laborales, familiares y sociales: en todo momento, la sonrisa es la primera carta de presentación que exhibimos y, por ello, los problemas estéticos de la boca suelen ser motivo de inseguridad llegando a afectar a la autoestima.
Cuántas veces hemos podido observar que algunas personas se tapan la boca al sonreír, para ocultar defectos en los dientes; algo penoso si pensamos en lo positivo que representa una sonrisa. Desde esta perspectiva es fácil comprender que la libertad o el temor de sonreír abiertamente pueden alterar a la hora de optar a un puesto de trabajo, y en realizar actividades laborales, familiares y sociales: en todo momento, la sonrisa es la primera carta de presentación que exhibimos y, por ello, los problemas estéticos de la boca suelen ser motivo de inseguridad llegando a afectar a la autoestima.
Así lo manifiesta también el Dr. Jordi Cambra, Presidente de Best Quality Dental Centers (BQDC), asociación de clínicas odontológicas, cuando se refiere a que “ahora es común que las personas acudan a nuestras consultas no sólo por un dolor de muelas, como tradicionalmente sucedía, sino también por razones estéticas, porque como nunca, lucir una sonrisa perfecta se ha convertido en una cualidad altamente valorada, sobre todo a la hora de optar a un puesto de trabajo. Pero otro aspecto, por el que acuden muchas personas es por padecer halitosis, conocida como mal aliento, que merma las relaciones laborales y sociales, llegando a provocar que la persona que lo padece se aísle más”.
Pero, ¿cuál es el ideal al que se apunta? Los expertos indican que una sonrisa perfecta, es la que mantiene la alineación correcta de los dientes, que además éstos deben tener un tamaño armónico y el esmalte debe ser de color marfil a blanco. También son muy importantes las encías que deberán presentar un color rosado, sin alteraciones ni sangrados.
Por ello, actualmente, los tratamientos más demandados son la ortodoncia y el blanqueamiento dental, ya que no se restringen a ninguna edad, por lo que muchos adultos llevan adelante tratamientos de corrección de las piezas dentales. Las clínicas odontológicas están muy bien preparadas para alcanzar estos objetivos y disponen de numerosas técnicas e instrumentos que logran excelentes resultados en su aplicación.
Pero según distintas investigaciones, la insuficiente higiene se constituye en el talón de Aquiles de la salud dental de la mayoría de las personas. Y ello, puede ser debido a la falta de tiempo y de buenos hábitos, pero el caso es que este descuido desemboca en problemas estéticos: dientes con caries, amarillentos y con sarro, además de provocar uno de los inconvenientes más comunes y molestos: la halitosis. Aunque ésta también puede ser debido a problemas estomacales u otras patologías.
Por ello, el Dr. Cambra manifiesta que “los dentistas podemos dar respuesta prácticamente a todos los requerimientos de los pacientes, pero falta todavía consolidar una cultura de autocuidado que vaya acorde con la mejora de la apariencia”.
Puede darse la situación de que alguien exhiba una preciosa sonrisa y al mismo tiempo el aroma de su aliento forme un muro invisible de 2 metros a la redonda. Por tanto, no se trata sólo de verse bien, sino de estar y sentirse bien. La impresión positiva y duradera que buscamos dejar en nuestras interacciones se asienta en estos principios y empieza con la sonrisa que le dedicamos al resto.
Asimismo, de una buena salud bucodental pueden depender futuras citas de índole personal y también laboral. En este sentido, una de las funciones principales de los profesionales odontólogos es la información, educación y guía para ayudar a las personas a establecer hábitos saludables de higiene e, indirectamente, apuntalar la autovaloración.
Prácticas como el cepillado después de cada comida, el uso de hilo dental y enjuague bucal, además de realizar una visita a la clínica, por lo menos cada seis meses, son las normas básicas para lucir una dentadura sana y un aliento fresco.
Los comentarios están cerrados.