Se podría decir que todos hemos sentido en algún momento presión y estrés asociado al trabajo. De hecho, aunque el empleo que desarrollemos pueda gustarnos mucho, siempre existe el riesgo de que nos enfrentemos a elementos estresantes. ¿Qué hacer entonces?
Según recomienda la Asociación Americana de Psicología, las fuentes más comunes de estrés laboral son los sueldos bajos, la sobrecarga laboral, las pocas oportunidades de promoción, los trabajos que no suponen un reto, la carencia de apoyo social o no tener control sobre nuestras decisiones laborales, entre otras cosas.
Cuando el estrés laboral se vuelve crónico puede llegar a ser perjudicial y dañar incluso la salud física y emocional. Se trata de una situación bastante más común de lo que desearían los psicólogos, por eso desde la web de esta institución estadounidense ofrecen algunos consejos para gestionar de la mejor manera posible el estrés asociado al trabajo:
– Identificar lo que nos estresa. Es bueno reflexionar sobre nuestras actuaciones diarias para detectar qué situaciones nos crean más estrés y trabajar en cómo responder a ellas.
– Desarrollar respuestas saludables. Al empezar a notar la tensión laboral, es importante encontrar soluciones de escape saludables. Hay que evitar la comida basura cuando tenemos ansia y las bebidas alcohólicas. Es aconsejable dedicar el tiempo de ocio a nuestras aficiones y a las cosas que nos hacen sentir bien.
Sin olvidarse de dormir bien ya que un buen descanso es importante para mantener el estrés a raya.
– Establecer límites. Con tanta tecnología es fácil sentirse angustiado ante la posibilidad de estar disponible las 24 horas del día. En este caso es importante establecer límites entre el trabajo y la vida personal. Intente no consultar el mail del trabajo después de su jornada laboral.
– El descanso es importante. Para evitar los efectos negativos del estrés crónico, desconecte. Cuando tengamos picos altos de estrés, es importante desconectar para volver con fuerzas renovadas a dar lo mejor de nosotros mismos en el próximo reto.
– Aprender a relajarse. Técnicas como la meditación y los ejercicios de respiración profunda pueden ayudar a liberar estrés. Se recomienda comenzar con unos pocos minutos cada día para centrarnos en una actividad simple como la respiración, caminar o disfrutar de una comida.
La habilidad de ser capaz de centrarse de forma consciente en una única actividad sin distraernos se volverá más fuerte con la práctica y descubriremos que podemos aplicarla a muchos aspectos diferentes de nuestra vida.
– Hablar con el jefe. No se trata de quejarse simplemente. Es aconsejable una vez detectadas las situaciones que causan estrés, comentarlas y buscar soluciones. Un lugar de trabajo confortable mejora el bienestar de los trabajadores y la productividad.
– Conseguir algunos apoyos nunca está de más. Debemos aceptar la ayuda de nuestros amigos cercanos y familiares. Eso nos puede facilitar el proceso de manejar nuestro estrés.
Y si a pesar de trabajar todos los frentes enunciados por los expertos no conseguimos rebajar nuestro nivel de estrés laboral, nunca es mala idea acudir a un a psicólogo que nos ayude desde el plano profesional.
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