Diferentes expertos en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) han coincidido en pedir que los avances registrados en España en la materia, entre los que han citado la Estrategia Española de RSE y el Plan Nacional de Derechos Humanos y Empresa, no queden «en papel mojado», con el fin de que estas iniciativas tengan «el impacto deseado».
«Habrá que ver cómo evolucionan y cómo quedan, para que estos documentos no se conviertan en papel mojado», ha subrayado en declaraciones a Europa Press el coordinador del Observatorio de RSC, Orencio Vázquez, que también ha hecho hincapié en alcanzar «objetivos medibles y alcanzables», al tiempo que ha destacado la importancia de «aprender de los errores y tener en consideración los desajustes que se han desarrollado y que han derivado en situaciones de perjuicio sobre los ciudadanos».
Por su parte, la directora general de la Red Española del Pacto Mundial, Isabel Garro, ha insistido que «mantendremos la tensión por la mejora de la transparencia y la ética porque entendemos que es una demanda de la sociedad y el tejido económico». «Este año haremos hincapié en adecuar nuestros esfuerzos a las necesidades reales de los socios, renovando las líneas necesarias porque la responsabilidad social atraviesa momentos de renovación», ha afirmado.
Por ello, se ha mostrado confiada en que la innovación llegue a la RSE, enfocando la sostenibilidad como un resultado del trabajo de todos los ‘stakeholders’. «Esperamos que en la cooperación, en la innovación abierta, encontraremos el modo de multiplicar los resultados y optimizar los esfuerzos», ha indicado, al tiempo que ha pedido que, en el ámbito de lo público, las autoridades «aprovechen el trabajo que numerosas organizaciones llevamos años desempeñando para alcanzar los objetivos que se proponen».
«Respecto a 2014 lo relevante en el primer trimestre será la presentación de la Estrategia Española de RSE (con un número importante de medidas que tendrán que irse desarrollando en los próximos dos años) y del Plan Nacional de Derechos Humanos y Empresa, así como la evaluación de la Estrategia Europea 2011-2014 y la presentación de la nueva estrategia de RSE para el nuevo periodo ya a finales de año», ha enumerado por su parte el director general de Forética, Germán Granda.
BALANCE POSITIVO DE 2013
Respecto al balance de 2013, el coordinador del Observatorio de RSC ha asegurado que ha sido positivo «en líneas generales». «Se puede decir que ha habido avances», ha apostillado Vázquez, en alusión, entre otros, a la propuesta de directiva sobre información no financiera en Europa o, a nivel nacional, el borrador de la Estrategia Española de RSE, que cuenta con 80 medidas para impulsar la RSE en España y que será sometido a consulta pública antes de su aprobación definitiva.
«Los debates se están centrando y los documentos pueden tener una aplicación práctica», ha destacado. En cualquier caso, ha lamentado que «desde el punto de vista de las empresas individuales no hay cambios» pero se ha mostrado confiado en que «los estímulos por parte de la Administración promoverán que las empresas actúen y empiecen a plantearse otras cuestiones».
En la misma línea, Isabel Garro ha expresado su «satisfacción por ver de nuevo movimiento administrativo» en España, tanto con el borrador de la Estrategia de RSE o el Plan de DDHH y Empresa, y ha recordado que esta institución ha trabajado «especialmente en el campo de los Derechos Humanos y de la lucha contra la corrupción» durante este año.
Por su parte, Germán Granda también ha hecho alusión a la Ley de Transparencia en España, los avances en materia de gobierno corporativo para empresas cotizadas y los avances en el desarrollo de metodologías desde el sector privado tanto a través de la nueva guía G4 de GRI, así como la propuesta de Informe integrado de IIRC o el SASB en EEUU.
En cualquier caso, ha destacado que el año 2013 «se cierra con dos grandes preocupaciones para los ciudadanos: el empleo y la corrupción». Respecto al empleo, ha mencionado «la preocupación por la alta tasa de desempleo, especialmente juvenil,» que ha sido «una preocupación para las empresas que han iniciado ya al final de año proyectos de fomento y apoyo al emprendimiento o de fomento del empleo joven».
Además, ha lamentado que los aspectos ambientales –«salvo programas de eficiencia ambiental muy necesarios con el objetivo prioritario de reducción de costes»– hayan quedado «en un segundo lugar este año en España», aunque ha calificado de «sobresaliente el esfuerzo de algunas empresas también por no dejar caer sus programas de apoyo a la comunidad y especialmente su implicación con bancos de alimentos, catástrofes o la reducción del desperdicio alimentario».
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