La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, manifestó su apoyo a la próxima Convención sobre los derechos de las personas con discapacidades, que constituyen el 10% de la población mundial.
Esta Convención elaborará los Derechos Humanos de este colectivo en áreas como la igualdad, la no discriminación, la libertad y seguridad, la accesibilidad, la movilidad personal y la vida independiente, el derecho a la salud, el trabajo y la educación, la participación en la vida política y cultural e igualará su reconocimiento ante la ley.
Desde el pasado 14 de agosto y hasta mañana, un Comité 'Ad hoc' de la Asamblea General de la ONU en Nueva York está trabajando en un texto preliminar que posteriormente será debatido para su adopción en la citada Convención.
El documento, negociado desde 2001, sería el primer nuevo tratado de Derechos Humanos del siglo XXI y afectaría a los 650 millones de discapacitados que hay en todo el mundo.
En este sentido, Arbour destacó que "las normas y mecanismos actuales no son suficientes para proteger los derechos de este colectivo, expuesto a las formas más extremas de negación y violación de los Derechos Humanos".
La Alta Comisionada señaló que, una vez adoptadas las medidas, su oficina "trabajará con los países y con la sociedad civil para apoyar su implementación". Asimismo, ayudará para crear conciencia sobre la necesidad de eliminar los prejuicios y estereotipos que afectan a los discapacitados.
"El nuevo tratado también debería trabajar estrechamente con mecanismos intergubernamentales como agencias de Naciones Unidas, programas y fondos, lo que ayudaría a promover la cooperación internacional en este campo", añadió Arbour.
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