Los españoles, junto con los franceses e italianos, son los europeos que más importancia dan a conciliar la vida laboral y familiar, según un estudio realizado por Accor Services e Ipsos sobre el bienestar y la implicación de los empleados en Europa.
La encuesta, que se ha realizado a 10.288 ciudadanos (1.339 españoles) de Alemania, Bélgica, España, Francia, Hungría, Italia y Suecia, evalúa el bienestar de los empleados en su trabajo y su relación con la empresa. Según el informe, los españoles consideran que sus principales problemas están relacionados con la familia, el hogar y la educación de los niños, mientras que el resto de países tiene como mayores preocupaciones la falta de tiempo y de dinero.
Sobre la calidad de su vida laboral, los españoles otorgan 6,2 puntos sobre diez siendo los dirigentes y ejecutivos los más satisfechos (7,4 puntos) y los obreros los que menos contentos están con su situación laboral (5,6 puntos). Además, para el 39% de los españoles encuestados el trabajo significa seguridad; para el 20%, obligación; para el 19% la rutina; para el 13% placer, y para el 8% orgullo.
Asimismo, el 49% de los trabajadores españoles piensan en dejar su empresa, a pesar de que el 65% dice que está satisfecho con su entorno laboral y el 70% con el contenido de su trabajo. Entre las conclusiones del estudio destaca que los españoles demandan que la empresa actúe en aspectos relacionados con la vivienda, la ayuda a la familia y psicológica y el transporte.
También señala que el trabajador español se siente medianamente implicado y poco realizado en el trabajo. El estudio también diferencia tres tipos de modelos europeos en la relación laboral, situándose España, Francia e Italia en el denominado modelo «obligación», poco satisfechos en el trabajo, aunque con grandes expectativas en su evolución profesional.
Al modelo «contractual» pertenecen Alemania, Bélgica y Suecia, seguros y fieles a su empresa, con una marcada separación entre la vida profesional y personal. Por último, Reino Unido representa el modelo «oportunista», cuyos trabajadores están poco implicados con la empresa y son exigentes en su remuneración y se lamentan de la falta de tiempo.
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