El plan de integración de los inmigrantes que acaba de anunciar el gobierno español tendrá un presupuesto de 2.000 millones de euros para los próximos cuatro años. En la elaboración del denominado Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración se ha contado con las comunidades autónomas, los ayuntamientos, los agentes sociales, las asociaciones de inmigrantes y las organizaciones no gubernamentales.
El Ministerio de Trabajo ha aportado cerca del 60% del total del dinero, y el resto entre los Ministerios de Educación y Ciencia, Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, y el de Sanidad. Los objetivos parecen todavía algo difusos, aunque el Gobierno ha informado de acciones prioritarias en doce áreas concretas: acogida, educación, empleo, vivienda, servicios sociales, salud, infancia y juventud, igualdad, mujer inmigrante, participación, sensibilización y codesarrollo.
Se trata de dotar a los inmigrantes de las habilidades y conocimientos necesarios para desenvolverse en la sociedad de acogida así como fomentar medidas contra la segregación escolar y una formación de profesores adecuada. En cuanto al empleo, que es una de las necesidades más acuciantes para los inmigrantes, está previsto fomentar iniciativas empresariales, el autoempleo, las empresas de economía social, al tiempo que se aplican medidas contra la discriminación.
El Banco de España avisa de que la rebaja de los salarios de los titulados indica un desajuste en el mercado laboral
La reducción desde hace algunos años de los salarios de los trabajadores con titulación universitaria «podría indicar» un desajuste entre la oferta de éstos trabajadores y la demanda de empleo cualificado en España, advierte el Banco de España.
Así lo refleja la entidad financiera en su último boletín, en el que analiza la evolución de la dispersión salarial entre 1995 y 2002, a partir de la información de la Encuesta de Estructura Salarial (EES), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El Banco de España señala que durante esos años se aprecia un descenso «importante» del rendimiento salarial derivado de cursar estudios superiores.
Así, el diferencial salarial entre un universitario y un trabajador con estudios primarios cayó cinco puntos porcentuales entre 1995 y 2002.
Estos datos, reitera la institución, «pueden estar reflejando problemas de desajuste entre la oferta de titulados universitarios y la demanda de trabajo cualificado».
Además, subraya que esta caída contrasta con lo ocurrido en otros países, como Estados Unidos, en los que se ha observado un «notable» incremento de los rendimientos de educación universitaria en los últimos años.
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