Los grandes horarios que se exigen en el ámbito laboral son el principal «error» de las empresas en materia de conciliación, a juicio de la directora de proyectos combinados del Grupo Técnicas Reunidas y primera mujer ingeniero de minas de España, Dolores Norte. También la diferencia salarial respecto de los hombres es una barrera que, reconoce, «está aún presente a pesar de los años».
En estos puntos de vista coincidieron también las demás directivas participantes en la mesa redonda ‘Barreras profesionales para el desarrollo de la mujer’, celebrada durante el I Foro Mujer y Liderazgo organizado por Aliter en la sede de ‘Madrid Emprende’.
Según la directora general de Sanitas, Isabel Linares, «la mayor frustración es ver a mujeres directivas rechazar puestos en los consejos de gobierno porque no tienen la suficiente ambición o porque encuentran que la nueva responsabilidad no se compensa con una retribución salarial».
La solución a juicio de Norte pasa por una «racionalización de los horarios». Las barreras, señaló, «las ponen los propios directivos», en el sentido de que en ocasiones, «se rechazan currículum brillantes por el temor a temas como el absentismo laboral». Sin embargo, apuntó, «los horarios maratonianos no van en relación con una mayor productividad».
Esta misma opinó la mantuvo Cardador quién aseguró estar trabajando en la reducción de jornada para su propia plantilla. «Sobre todo en una profesión tan pringada como el periodismo», indicó.
Aprovechar el ejemplo de las multinacionales que instalan políticas de conciliación en las filiales españolas es, a juicio de Linares, «algo que deberían aprovechar la pymes», muy presentes en el marco empresarial español.
«Yo tuve suerte de encontrar un jefe con visión», reconoció Linares. Esta circunstancia permitió su incorporación a la toma de decisiones, «en una empresa como Sanitas cuyo principal cliente son las mujeres».
Hoy en día, en Sanitas, el 62 por ciento de la plantilla son mujeres, que trabajan sólo hasta las 17:00 horas, a lo largo de 33 horas semanales y con la posibilidad de disfrutar de dos meses de vacaciones para poder conciliar las vacaciones de los hijos. También los hombres pueden disfrutan de esta situación. Sin embargo, reconoce, «la mayoría de las mujeres ocupan puestos más bajos». En el comité de dirección «somos dos», señaló.
Las cuotas impuestas para incorporar a las mujeres a los puestos más altos de las empresas es «otra forma de discriminación», según estiman las propias directivas. Tal y como apuntó Cardador, «los números no son el mejor aliado en este momento».
En contraposición animó a hablar más a menudo de estos temas e invitó a participar también a los hombres ya que, señaló, «hasta entonces nuestra batalla será difícil». Sin embargo, a pesar de las barreras, «cada vez más empresas aceptan que tiene sentido conciliar», apuntó Linares.
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