La consultora de la OIT, Paula Antezana, explicó que existen 'vacíos importantes, sobre todo en relación a las peores formas de trabajo' y resaltó que el estudio encontró complicaciones en la aplicación real de los convenios 138 y 182 de la OIT, relativos al trabajo infantil y ratificados en los países centroamericanos.
Entre otros aspectos, el documento destaca el elevado número de menores que no tienen la edad mínima para trabajar, así como la ausencia de reconocimiento de sus garantías laborales y el incumplimiento de los horarios laborales.
'Para disminuir el trabajo infantil se debería aprobar la jornada especial, que consiste en que los niños trabajan seis horas diarias pero se les paga como si hubieran trabajado ocho', añade el informe.
Es que 'a los ojos de la sociedad el trabajo infantil es de menor valor, por eso a veces no se les paga como debería pagarse', indicó Antezana en un comunicado. A su vez, la funcionaria mencionó el caso de países como Costa Rica y Panamá que mejoraron respecto a jurisprudencia al llevar a cabo reformas contra la explotación comercial de niños y adolescentes.
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