La Fundación Barcelona Digital y La Caixa han presentado un estudio en el que se realiza una exhaustiva investigación con el fin de hacer más accesibles los cajeros automáticos a las personas con discapacidad, debido a que, según recuerdan ambas entidades, "en la actualidad, no hay ninguna normativa que defina los parámetros que deben cumplir estos dispositivos para garantizar su accesibilidad".
El estudio propone en este sentido un conjunto de recomendaciones que hacen referencia a la accesibilidad física del cajero, localización de la entidad financiera, acceso, ubicación, privacidad o seguridad, y a la accesibilidad en su utilización: elementos interactivos, dispositivos de entrada y salida, operativa o identificación.
La Caixa, por su parte, se ha adherido a la propuesta del estudio y ha puesto en marcha un plan de adaptación de su red de cajeros para que en el 2010 al menos un terminal por oficina cumpla al cien por cien los requisitos básicos de accesibilidad.
Según esta investigación, que ha contado también con la colaboración del Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Cataluña, el Centro para la Autonomía Personal SIRIUS, el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad y la ONCE, se estima que en los países industrializados hay entre un 8% y un 12% de personas con algún tipo de discapacidad, una proporción que va en aumento a causa del envejecimiento de la población y de la mayor recuperación por parte de la medicina actual de personas que han sufrido accidentes o enfermedades.
La población discapacitada registrada en España supone actualmente cerca del 9% del total, es decir, cerca de cuatro millones de personas con alguna discapacidad física, sensorial o psíquica.
Debido a las problemáticas parecidas de pérdida de visión o movilidad, en la actualidad se está empezando a incluir a la población mayor de 70 años dentro del colectivo de personas discapacitadas, lo que incrementaría de manera considerable las cifras.
FALTA DE NORMATIVAS EN ESPAÑA
El estudio de la Fundación Barcelona Digital constata también la falta de normativas en España que definan unas directrices con las características que deben cumplir los cajeros automáticos para su accesibilidad total.
Este hecho provoca que no esté garantizada la adaptabilidad de los cajeros para la población discapacitada, y que la situación y accesibilidad de éstos dependa de la libre disposición del sector financiero, que a su vez se encuentra en un campo donde no existen referencias de actuación.
Tras analizar las normativas reguladoras que hay en otros países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Reino Unido, el estudio de la Fundación Barcelona Digital presenta una propuesta de normativa, que se acerque a los estándares internacionales actuales que apuestan por incorporar también la capacidad de comunicación con voz para llegar al colectivo invidente.
En este sentido, países como Estados Unidos disponen de medidas, como la 'American with Disabilities Act' en el caso de este país, que es un instrumento jurídico para asegurar la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidades. Sobre la adaptación de los cajeros automáticos, la regulación dicta que siempre tiene que haber uno adaptado por oficina, siguiendo la normativa.
Las recomendaciones del Informe están planteadas con diferentes niveles de prioridad. Así, el número '1' significa que debería tener una alta prioridad o ser obligatorio para todas las entidades, mientras que el '2' indica que es recomendable y el '3' representa una baja prioridad o mejoras opcionales.
En materia de localización, la Fundación Barcelona Digital sugiere colocar en las oficinas un cartel más grande y visible, con colores que contrasten y letras más grandes.
En cualquier caso el recorrido que conduce al cajero debería estar libre de obstáculos físicos y se debería colocar un pavimento diferenciador delante del cajero para que sea fácilmente reconocible.
La entrada al establecimiento debería contar preferiblemente con puertas automáticas, mientras que el área alrededor del cajero debería ser espaciosa, libre de obstáculos y con unas medidas concretas para permitir los movimientos de una persona con silla de ruedas. La superficie debería estar nivelada y, en ningún caso, debiera superar una pendiente del 2%.
Otras recomendaciones propuestas pasan por que exista una buena iluminación a cualquier hora del día, que haya un mecanismo audible y visible que avise en caso de olvido de tarjeta o de dinero, o que los dispositivos de entrada y de salida estén correctamente señalizados y se puedan distinguir visualmente y táctilmente.
Finalmente, el documento propone que las tarjetas se puedan identificar fácilmente, y tengan un indicador orientador con una muesca lateral de unos dos milímetros de profundidad para poder insertar correctamente la tarjeta, y que además, el teclado sea fácilmente localizable y reconocible.
La Fundación Barcelona Digital también recomienda un sistema audible de instrucciones, ya sea a través del cajero, el teléfono móvil o auriculares para que las personas invidentes puedan realizar cualquier tipo de gestión en los cajeros.
Tras su decisión de adherirse a esta propuesta de normativa de accesibilidad en cajeros, y teniendo en cuenta que la entidad está a un 50% del cumplimiento de los requisitos introducidos por la propuesta, La Caixa ha previsto una inversión de 140 millones de euros en los próximos cuatro años dentro de su plan de expansión y renovación de su red de oficinas y cajeros, que incluye tanto la compra de nuevos terminales como la actualización de los existentes.
La intención es que el cien por cien de las oficinas sean también accesibles en el plazo de cuatro años. En la actualidad, cerca del 85% ya lo son, es decir, casi 4.300. En cuanto a los cajeros automáticos, el objetivo es que en 2010 al menos un cajero por oficina cumpla las recomendaciones de accesibilidad.
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