La empresa minera Hunosa acabará el año con 221 trabajadoras en su plantilla, un 7 por ciento del total de operarios en nómina que tiene la empresa y un punto más que hace menos de un año. De estas trabajadoras la mitad presta servicio en el interior de los pozos. El incremento de la presencia de mano de obra femenina en Hunosa se ha disparado con las incorporaciones de nuevos trabajadores incluidas en los últimos planes de empresa. Por ejemplo, este último cuatrimestre está previsto que la empresa incorpore a 37 trabajadores de preferencia absoluta de los que 25 son mujeres.
Los tiempos cambian y las empresas también; deben adaptarse a ellos. Así, la compañía pública Hunosa tiene ya un pozo femenino. No es que una de las explotaciones de la firma estatal tenga una plantilla integrada sólo por mujeres, sino la respuesta a una simple regla de tres nada científica. Hunosa tiene explotaciones que rondan los doscientos trabajadores y la empresa, que ha incrementado sensiblemente la contratación de mujeres durante los últimos años, tendrá el próximo diciembre 221 féminas en plantilla. Por lo tanto, puede decirse de forma figurada que Hunosa ya tiene un pozo femenino.
El crecimiento de la presencia femenina en la plantilla de Hunosa ha sido paulatino durante los últimos años. Se han cubierto ya todas las etapas posibles. Inicialmente, entraron las primeras mujeres en Hunosa para llevar a cabo labores de exterior. Posteriormente, después de 50 años de reivindicaciones, en 1996, una sentencia del Tribunal Constitucional puso fin a la prohibición del trabajo femenino en las minas. En enero de ese año dos mujeres se incorporaron a las labores del interior en el pozo Pumarabule de Siero y otras dos en el pozo Santiago de Aller. Ellas fueron las pioneras. Más tarde, fruto de los acuerdos de reducción de actividad suscritos en el sector, las mujeres, como sus compañeros que ya venían haciéndolo desde 1991, empezaban a prejubilarse. Algunas han conocido también la cara amarga de los accidentes laborales, afortunadamente ninguno mortal.
El aumento de la presencia de las mujeres en la mina ha venido propiciado por las sucesivas incorporaciones de nuevos trabajadores acometidas durante los últimos planes de empresa, especialmente a través del grupo de preferencia absoluta, que son los familiares de mineros fallecidos en accidente laboral. La presencia de mujeres en este colectivo es mayoritaria. Por ejemplo, de los 37 nuevos mineros de preferencia absoluta que viene contratando o tiene previsto contratar Hunosa en el último cuatrimestre del año un total de 25 son mujeres. A finales de 2006 la plantilla de Hunosa tendrá un 7 por ciento de mujeres, un punto más que hace sólo unos meses, cuando había 196 mujeres. Echando mano del tópico machista: la minería también usa falda.
Los comentarios están cerrados.