El 71 por ciento de los empresarios considera que la RSE "no es una moda" aunque sólo un 14,1 por ciento de ellos lleva a cabo proyectos estratégicos en este campo, según se desprende del Informe Forética 2006 'Evolución de la Responsabilidad Social de las Empresas en España'.
El presidente de Forética, José Manuel Velasco; su director general, Germán Granda; y su director de Desarrollo Corporativo, Jaime Silos, presentaron ayer en la sede de Forética la tercera edición de este estudio de mercado bianual que pretende contribuir al desarrollo de la responsabilidad social en nuestro país.
El documento se divide en tres capítulos: las empresas como primer foco de acción; los ciudadanos y consumidores como "agentes de primer orden a la hora de consolidar la RSE en el tejido empresarial"; y un tercer apartado que estudia el grado de consenso entre ambos actores.
En el primer capítulo se destaca que "un 69 por ciento de las empresas cree que la importancia de la RSC será mayor en los próximos años". "En un primer estadio de madurez, la empresa se ha embarcado en el desarrollo de políticas de RSE orientadas a la mejora de su reputación corporativa. Sin embargo, a medida que han ido consolidando sus modelos de RSE, han comenzado a aflorar otras oportunidades de generación de valor derivadas de mejoras en la eficiencia de su gestión ordinaria", prosigue el texto.
En este apartado, el Informe también advierte sobre "la brecha cultural existente entre la pequeña y mediana empresa" debido a la correlación entre el tamaño de la empresa y su propensión a favorecer la RSC. En este punto, Velasco apostó por "ayudar a consolidar el modelo en las pymes, que hacen más de lo que parecen".
PENALIZAR A LOS 'IRRESPONSABLES'
La principal conclusión del segundo capítulo señala que "nueve de cada 10 consumidores estarían dispuestos a penalizar actitudes corporativas irresponsables mediante la negativa a consumir sus productos, siempre que tuvieran "conocimiento de prácticas poco éticas".
Para el presidente de Forética, "cuanta mayor certeza sobre las prácticas empresariales posean los ciudadanos, su sensibilidad a la hora de discriminar productos y empresas, se multiplica". "Por este motivo, se hace cada vez más necesaria la consolidación de referencias, patrones y resultados que puedan ser evaluados y que simplifiquen la toma de decisiones por parte del consumidor", añadió.
Sin embargo, esta predisposición "a premiar la excelencia en RSE" no se cumple en el terreno práctico, aunque se constata "una tendencia en alza de madurez y concienciación" en cuanto al peso de la RSE en las decisiones de compra de los ciudadanos. En este sentido, "uno de cada dos españoles han dejado alguna vez de consumir productos por motivaciones éticas", cifra superior a los datos del último informe de 2004, en el que sólo adoptaba esta actitud "uno de cada cinco".
El estudio también recoge la conformidad de los ciudadanos (88 por ciento) en materia de certificación de las prácticas de RSE de las empresas.
AUMENTO DE LA CONCIENCIACIÓN
Otra de las principales diferencias respecto al Informe de 2004 hace referencia al aumento de la concienciación y el conocimiento del consumidor en aspectos de responsabilidad social. Así, "uno de cada cuatro españoles dice saber qué es la RSE, frente al uno década diez" de dos años atrás.
"El papel dinamizador del ciudadano, en tanto demandante potencial de RSE es al menos tan importante como el de la propia empresa –y en ocasiones incluso más– a la hora de consolidar la responsabilidad social en el tejido empresarial de una economía", subrayó en este punto Granda.
El último capítulo recoge un aumento de la percepción ciudadana sobre las empresas socialmente responsables (un 50 por ciento) aunque resulta sorprendente que aspectos como la acción social y el mecenazgo o el Medio Ambiente no figuren entre las características que los ciudadanos atribuyen a una 'buena empresa', situando como prioritarias las áreas de clientes o empleados, entre otras.
En cuanto a la credibilidad e imagen, el consumidor confía en las ONG (77 por ciento) y las pymes (54 por ciento), mientras que las peor valoradas son las grandes empresas, los partidos políticos y el Estado. Por sectores, los mejor considerados por los ciudadanos son el farmacéutico, el transporte y el energético, mientras que las empresas petroleras, constructoras y de telecomunicaciones se encuentran a la cola de la clasificación.
A modo de conclusión, el Informe afirma que "a pesar del fuerte avance experimentado en estos últimos años, el fenómeno de la RSE dista de contar con una acogida masiva por parte de la población", porque el ciudadano adopta generalmente "un rol conformista" (57,1 por ciento) y no se identifica "como agente de cambio a ahora de influir en la conducta de las empresas".
El presidente de Forética advirtió que el escaso interés de las nuevas generaciones y el patrón sociocultural –" se trata de un fenómeno ilustrado que sólo practican las capas altas de la sociedad por lo que, si no se diversifican los canales de comunicación, podemos entrar en una fase de estancamiento en el proceso de concienciación ciudadana"– son los dos obstáculos que debe sortear la RSE para "expandirse de manera sostenida y sólida".
Los comentarios están cerrados.