La directora de la Fundación 'Integra', Ana Núñez de Dios, pide a las empresas que tengan 'menos prejuicios' a la hora de contratar personas en situación de exclusión social, aunque reconoce que 'algunos colectivos siempre generan cierto miedo'.
En una entrevista realizada por la web 'Responsables.biz', Núñez se muestra convencida de que en España la integración laboral 'se da totalmente'. 'Hasta ahora, cuando se les ha dado una oportunidad ha sido en igualdad de condiciones con el resto de los empleados, y eso significa que no hay discriminación', afirma.
Respecto al trato, la experta defiende que 'debe ser el mismo que se le da a cualquier otro empleado'. 'Nosotros pedimos a los responsables de la selección que busquen la actitud para el puesto en las personas que nosotros llevamos porque no se trata de contratar por contratar, sino contratar porque va a ser útil', defiende.
La directora de la Fundación explica que, una vez contratado, la inserción en el puesto de trabajo debe ser 'lo más rápida posible porque estas personas no tienen otra salida al mundo y llevan tiempo sin tener una oportunidad'.
A la hora de conseguir una buena integración laboral, Núñez apuesta por 'la confidencialidad por parte de la empresa'. 'Las personas que son contratadas deben entrar como un empleado más, es necesario que nadie de su entorno laboral conozca su pasado porque si entran señalados, la integración ya no es posible. Son personas que toda la vida han vivido marcados por su pasado, existen casos muy marginales y el hecho de poder ser una persona normal es muy importante para ellos', detalla.
Núñez describe a las personas con las que trabaja la Fundación como gente que 'desconfía de que el mundo les pueda dar oportunidades, tienen la autoestima baja, y dan muestra de una gran pérdida de dignidad. En este sentido, sorprende mucho como varía su autoestima después de empezar a trabajar', alaba.
'Las empresas con las que trabajamos nos exigen todo tipo de puestos, hablamos de empresas grandes como El Corte Inglés, Carrefour, Vips, etc., y otras más pequeñas. Como nos suele venir gente poco formada, solemos cubrir puestos básicos como los de la limpieza, hostelería, almacén o construcción, son los más demandados, pero no porque la empresa no nos oferte otros puestos. Cada vez crecemos más en el mundo del comercio, de auxiliares administrativos, de grabadores de datos, cuidado de ancianos, etc', continúa.
POCA CONFIANZA EN INSTITUCIONES
En la entrevista, la experta lamenta que este colectivo no tenga mucha confianza en el servicio estatal de empleo (INEM) o el servicio Regional de Empleo para obtener un empleo. De cualquier modo, Núñez cree que la Administración pública 'está haciendo una gran labor en la reinserción, y, en mi opinión, desarrollan un trabajo complementario al nuestro'.
'Además, desde algunos organismos como la Agencia para el Empleo en Madrid o la Agencia del Menor Infractor en Madrid, nos piden ayuda en la reinserción laboral. El trabajo que desarrollan parece menos individualizado pero creo que existe un seguimiento personalizado gracias a la gran labor que desarrollan los trabajadores sociales', subraya.
En su opinión, el auge de la RSC ha beneficiado el trabajo de la Fundación ya que 'ahora hay mucha más sensibilidad en las empresas para aceptar proyectos de inserción laboral. Creo que ninguna empresa se plantea si la RSC conviene o no, es obvio. Creo que nos ha beneficiado porque es una forma más de desarrollar la RSC en la empresa'.
A modo de conclusión, la directora comprende que haya empresas desconfiadas. 'Es normal que un director de Recursos Humanos, que tiene miles de empleados en su plantilla, tenga dudas a la hora de contratar a personas que han salido de la cárcel, han estado enganchados a alguna droga o viene de la prostitución'. 'Estas reticencias han desaparecido en cuanto han visto que funcionan bien, o al menos como el resto de la plantilla', presume.
'Hasta el momento, la valoración que las empresas -de las casi 600 personas que llevamos contratadas- es en el 80 por ciento de los casos positiva o muy positiva y en el 20 por ciento restantes tienen las mismas objeciones que pueden tener con el resto de empleados de la empresa, por bajo rendimiento, impuntualidad, casos que no tienen que ver con la exclusión', concluye.
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