El 40,42 por ciento de las mujeres melillenses tienen serios problemas para compatibilizar su trabajo fuera de casa con el cuidado de los hijos. Éste es uno de los datos que se desprende del 'Estudio social sobre perspectivas de género' que ha realizado la Viceconsejería de la Mujer dentro del proyecto 'Melilla es mujer'.
El estudio, realizado por la socióloga Mónica Luque, se ha desarrollado por espacio de seis meses a través de 400 encuestas entre hombres y mujeres, y ha servido para actualizar los datos recabados en el año 2000.
Aunque, según el estudio, no se llega al extremo de que la mujer tenga que abandonar su empleo cuando tiene hijos, lo cierto es que todavía se dan algunos casos en que eso sí ocurre, si bien, la mayoría de las mujeres que deja de trabajar es por la finalización de su contrato, cuando en el año 2000 era porque se casaba.
En este sentido, en el estudio se recoge que la media de edad para contraer matrimonio en las mujeres es de 26 años, mientras que en los hombres es de 29. Se constata que la media ha subido desde el año 2000. En cuanto al cuidado de los hijos y de la casa, «son ellas las que mantienen el control» y, por tanto, las que tienen que conciliar vida laboral y familiar.
Los melillenses esperan a formalizar una relación para tener hijos y la media está en dos y, aunque ahora hay menos solteros que en 2000, lo cierto es que hay más personas divorciadas y separadas.
Empleo
En el estudio se pone de manifiesto que la mujer sigue teniendo más problemas que el varón en insertarse en el mundo laboral. Las razones son varias, pero la principal es su falta de experiencia y cualificación, a lo que hay que sumar los problemas familiares y personales.
La mujer trabaja predominantemente en la empresa pública, donde se dan más posibilidades de ascenso profesional.
De los datos del estudio se concluye, afirmó ayer Espinosa, que la mujer ya no tiene como principal finalidad casarse y tener hijos, sino formarse y encontrar un buen empleo antes de decidirse a crear una familia, y que ésta no es incompatible con el trabajo fuera de casa.
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