El 12 de abril de 2004 la facultativa de Urgencias del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria ?que responde a las siglas de S.R.? acudió a la sección sindical de UGT para denunciar un supuesto caso de acoso moral y psicológico que de forma permanente ejerce sobre su persona el jefe del citado servicio. C.A.Y. En su denuncia, la especialista relata las vicisitudes a las que ha estado sometida, según asegura, desde que se incorporó al citado servicio en 1992.
Al sindicato le parece «esperpéntico» que en pleno siglo XXI sigan existiendo personas que se dediquen a «hostigar, perseguir, agraviar y a presionar psicológicamente y a fomentar las malas relaciones en el trabajo». Apuntan que el jefe de servicio actúa de esta manera «a sabiendas de que este tipo de actitudes originan mobbing y constituyen las principales fuentes de estrés y de bajas laborales».
La especialistas de urgencias señala en la denuncia que el acoso «no sólo recae en su persona, sino también en la de otros facultativos del servicio». UGT considera que en este supuesto caso de acoso moral que apunta S.R, «el acosador expande un terror psicológico en el medio laboral que implica una comunicación hostil y amoral, dirigida sistemáticamente». La facultativa, en este sentido, se «siente en una posición de debilidad y a la defensiva», añadió el sindicato.
De baja.
El supuesto acoso psicológico provocó que S.R. estuviera de baja por un cuadro ansioso-depresivo postraumático cerca de un año. UGT remitió, en la misma fecha en la que la afectada contactó con el sindicato, la denuncia a la dirección gerencia del Hospital Insular y a la dirección de Recursos Humanos del ServicioCanario de Salud para su investigación y la apertura de un expediente disciplinario por faltas que considera «muy graves». «Hasta el momento no tenemos noticia de cómo va el expediente a pesar de que se ha reclamado una respuesta», dijo.
En su opinión, el acoso psicológico produce «estrés y ansiedad, con instrucciones obsesivas, sueños repetitivos relacionados con la situación de acoso», entre otros síntomas. Los costos de esta práctica reflejan, según agrega la organización sindical, «en la disminución de la calidad asistencial y un incremento del absentismo que no sólo afecta a la víctima, sino que se extiende a todo el personal».
Esta semana este periódico dio a conocer la sanción de dos meses de empleo y sueldo que el Servicio Canario de Salud impuso a un especialista también de urgencias del Insular, por dispensar un trato vejatorio, irrespetuoso y grosero a una enfermera del mismo departamento.
«Contra el abuso de poder»
UGT hace un llamamiento a los trabajadores del SCS para que denuncien las situaciones de «abuso de poder» y exigan y defiendan sus derechos.
En esta línea, el sindicato asegura que se producen muchos casos que no se denuncian por miedo a represalias».
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