El director de Comunicación y RSC de MAPFRE, Juan José Almagro, señaló ayer que la RSC "está relacionada con el honor y la gratitud", recordando que "la empresa es la institución mas decisiva de la sociedad, pero no goza del prestigio que le corresponde", y que las grandes empresas "tienen hoy día la permanente necesidad de estar justificándose". Precisamente, dijo, "a la empresa le seria muy difícil no tomar una postura valiente y no ponerse al frente de las reivindicaciones que tiene ahora la sociedad". Por ello, su papel deberá ser "mucho más trascendental del que desarrolla ahora, para responder al nuevo escenario social actual".
Durante la sesión de clausura del I Congreso Internacional de Comunicación Corporativa (CICC 07) organizado en la Universidad Pontificia de Salamanca con el apoyo de Mapfre, Almagro explicó que debido a las desigualdades generadas por la globalización, la empresa está enfrentándose a nuevos desafíos, y se preguntó si es válida una globalización sin valores. "La globalización no ha sido capaz de solucionar los grandes problemas sociales y es hora de comenzar a ponerse al frente de la búsqueda de soluciones, porque "hay nuevas exigencias sociales y la opinión pública se han convertido en una superpotencia, una de las más importantes, con derecho a exigir".
A su juicio, el Estado también tiene que jugar un nuevo papel. "Se trata de que el Estado se redimensione y se dé cuenta de que los ciudadanos que pagamos impuestos le pedimos que haga bien lo que los ciudadanos no podemos hacer: justicia, sistema social, etc".
A las empresas, también se les debería pedir responsabilidades, porque "muchas multinacionales son más grandes que los países, y cada vez más". Hay 270 países en el mundo con el mismo volumen que muchas grandes compañías multinacionales. Precisamente, las empresas "están adquiriendo un protagonismo que indica que hoy la empresa tiene que jugar un papel diferente al que jugaba hasta ahora". entre las 100 primeras economías del mundo en el año 2000 había 29 empresas, entre ellas Shell, BP, –mas grande que países como Dinamarca– o Walt Mart. En 2006, 46 de estas 100 grandes economías son empresas, un 74%.
"La primera de las obligaciones de la empresa es cumplir con sus tareas, hacerlo lo mejor posible, con calidad y al mejor precio, generar riqueza y resultados, dar trabajo, ser eficiente, ser competitiva y ser innovadora, unos deberes que son básicos, pero a la empresa y a sus dirigentes se les pide ahora que hagan todo eso, pero en un escenario "mucho mas humano y mas habitable". Si no es así, el mercado, más tarde que temprano, "se encargará de echarles, y eso ya está ocurriendo".
LA CULTURA DE EMPRESA
"En las empresas se tiene que acabar la forma de gobernar que sólo busca el beneficio inmediato", señaló Almagro, que recordó que, en el caso de los sueldos de los primeros ejecutivos en Europa, hace 20 años éstos ganaban entre 18 y 20 veces más que los empleados; mientras que ahora es de 474 veces más, "una vergüenza, nos pongamos como nos pongamos", señaló, porque existen principios y valores sustanciales y universales, de aplicación en cualquier empresa de cualquier país del mundo y que regulan a las compañías y a todos los que las integran.
Almagro se refirió también en su intervención a la reputación, que consideró como la sombra, "unas veces va por delante de nosotros y otras por detrás, es más corta o más larga, pero nace de dentro". "Fabricar una marca con dinero es fácil, pero una reputación se basa en una manera de hacer las cosas, de sentirlas, de hacer realidad un proyecto común llamado empresa", subrayó.
'The Economist' publicó en enero de 2005 que "el movimiento de la RSC ha ganado la batalla de las ideas: es una pena!". "Aún no tenemos claro qué es y todos nos subimos al 'carro'", y a su juicio "es necesario llegar a un acuerdo para hablar en un lenguaje homogéneo". La responsabilidad es social, siempre, porque ya se entiende que este movimiento no sólo afecta a las grandes corporaciones, sino a todas las empresas, grandes y pequeñas y otras organizaciones".
En el futuro va a quedar claro que éste es un movimiento voluntario y se ayudará fomentando iniciativas que ayuden a su avance, "porque responde a exigencias de la sociedad que no están recogidas en las leyes", puntualizó Almagro.
"Deberíamos ser capaces de no buscar tanto el éxito, sino ir hacia la excelencia", añadió el responsable de RSC de Mapfre, para no caer en el riesgo de confundir éxito con el mérito. "El éxito es pasajero, por eso hay que ir a la búsqueda de la empresa excelente, aquella que busca el compromiso ético, el sobresalir en su actuación para hacer posible que la empresa mejore cada día", recalcó.
Por su parte, el catedrático de Comunicación de la Universidad Pontificia, Ángel Losada, recordó que este encuentro no se clausura, "porque no se cierra". A su juicio, la comunicación y, sobre todo, la comunicación social exige una condición previa que es la coherencia entre el hacer y el decir, y "en seguida empezaremos a organizar el CCIC 08", porque este encuentro tiene un objetivo a largo plazo: quiere ser una estructura de trabajo permanente que incluya la idea de crear un instituto universitario para la comunicación y el desarrollo corporativo en la Universidad Pontificia.
Una de las conclusiones de este encuentro es que "es necesario acabar de una vez con la idea de que la RSC es un concepto que no tiene aplicación a nivel operativo". Como recordó el consultor argentino Cristián Saracco, el director general de la consultora 'Allegro 234', concluyó con una nueva definición de RSC, a la que calificó de "Realidad Sinceramente Comunicada".
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